Prisión provisional comunicada y sin fianza para Santiago Laiglesia Pla, considerado el principal sospechoso del asesinato de Helena Jubany en el año 2001. Esta ha sido la decisión de la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia número dos de Sabadell, tal como habían pedido la fiscalía y la acusación particular. Laiglesia ha sido, desde el primer momento, el principal sospechoso de la muerte de Jubany. El acusado ya fue imputado en su día, pero se archivó el caso por falta de pruebas. 24 años más tarde, la magistrada volvió a abrir la causa, ya que, gracias al avance de la tecnología en cuanto a investigación científica, se detectaron restos de ADN coincidentes con Laiglesia en la ropa que Jubany llevaba el día que murió.

Santiago Laiglesia estaba citado ante la jueza este viernes, 28 de noviembre, pero él, que siempre ha defendido que no había visto a la víctima los días anteriores a su muerte, se ha acogido a su derecho a no declarar y no ha dicho nada al respecto. La fiscalía, después de ver frustrado el intento de interrogatorio, ha pedido prisión provisional por el riesgo de fuga del acusado y por el riesgo de destrucción de pruebas, y ha alegado que la libertad de Laiglesia podría "perjudicar la preparación y declaración de los testigos", que forman parte de un "núcleo muy reducido de personas". Benet Salellas, el abogado de la familia Jubany, por su parte, ha lamentado que Laiglesia no haya querido explicar por qué había restos de ADN en el jersey de Helena Jubany.

"Bastantes motivos" 

En la interlocutoria, la juez ha afirmado que hay "bastantes motivos" que apuntan que Laiglesia es el responsable criminal del asesinato de Jubany. La magistrada no solo se ha basado en los resultados positivos de la policía científica, que determinan que hay 24 veces más posibilidades que las restas biológicas sean del acusado y no de otra persona, sino que también ha recordado que hay informes que le atribuyen los anónimos que la víctima recibió antes de ser asesinada, y señala, además, que Montserrat Careta —que se suicidó en la cárcel de Wad Ras cuando estaba ingresada, acusada de haber matado a Helena— no pudo mover sola el cuerpo de la víctima. Careta necesitó ayuda para hacer el traslado y, según la magistrada, lo más razonable era que lo hiciese entonces con su pareja sentimental: Santi Laiglesia. 

La juez ha hablado también de las contradicciones en la coartada de Laiglesia, Careta y Xavi Jiménez, también investigado, y ha recordado que Laiglesia pasaba muchas horas en casa de su pareja, donde la policía encontró cerillas similares a los que se encontraron en la terraza donde se encontró el cuerpo de Helena Jubany, así como los medicamentos que se habían utilizado para sedar a la víctima, y que también estaban presentes en el zumo que acompañaba uno de los anónimos que recibió. 

En cuanto a Anna Echaguibel, una de las principales investigadas por la muerte de la víctima, la jueza ha decidido archivar provisionalmente la causa contra ella, ya que los resultados de ADN que se analizaron no eran coincidentes con los de la acusada. 

Principal sospechoso 

Helena Jubany era una vecina de Mataró, en el Maresme, de 27 años y bibliotecaria de profesión que apareció muerta en un patio de luces el 2 de diciembre de 2001. La investigación determinó que la víctima fue drogada con una fuerte combinación de benzodiacepinas antes de ser arrojada desde varios pisos al vacío, un hecho que descartaba cualquier posibilidad de suicidio. Desde un primer momento Santiago Laiglesia, que era el propietario del piso desde donde la víctima fue arrojada, se convirtió en el principal sospechoso de haberla matado, junto con otras personas más cercanas del círculo más íntimo de Jubany.