El sábado pasado, decenas de personas acudieron a la discoteca Fonda, una de las salas de fiesta latina más populares de Murcia. La noche prometía ser como tantas otras, con música, bailes y copas hasta que saliera el sol. En torno a las seis de la madrugada, sin embargo, todo se torció, y 13 de las personas que estaban aprovechando al máximo las últimas horas antes de que cerrara la discoteca, nunca volvieron a salir. Expertos en incendios de la Policía Nacional todavía están tratando de determinar con exactitud el origen del fuego que ha puesto fin a la vida de Eric, de Jorge y de Marta, además de las otras diez víctimas que quedaron atrapadas entre las llamas.
Jorge y su mujer, Rosa, habían acudido a la zona de Las Atalayas de Murcia para celebrar que a Jorge, tractorista de profesión, le habían dado tres días libres en el trabajo. "Mira, no trabajo hasta el martes", le dijo a un amigo a través de un vídeo que envió momentos antes de la tragedia. Venían desde Caravaca de la Cruz, a 70 kilómetros de Murcia capital, ya que en su localidad no hay establecimientos de este tipo. Con ellos llegaban dos amigos más, otra pareja, todos originarios de Ecuador. Los cuatro amigos murieron aquella madrugada. Jorge y Rosa dejan atrás tres hijos; la chica que iba con ellos pudo despedirse de sus padres enviando un desgarrador mensaje de audio: "Mamá, te amo. Moriré".
Última fiesta de cumpleaños
Entre los muertos también se encuentra Eric, un joven que había reunido a su familia y grupo de amigos, todos nativos de Nicaragua, para celebrar que cumplía 30 años. Después de cenar en un restaurante cercano, algunos de los asistentes a la fiesta decidieron cerrar la noche en la discoteca Fonda, donde el hermano de Eric, Sergio, había reservado un palco en la planta de arriba del local. Los hermanos, junto con su madre, Marta, y la pareja de Eric, Orfilia, no pudieron escapar de las llamas, quedándose atrapados en una zona que algunos de los clientes del local han descrito como "laberíntico". La primera planta del establecimiento estaba diseñada como si fuera un teatro, con un pasillo que recorría la parte de detrás de los diferentes palcos, con solo unas escaleras para entrar y salir.
Tania y John son otros nombres que todavía figuran en la lista de desaparecidos. Formaban parte del grupo de amigos de Eric, y nadie los ha vuelto a ver desde que se desencadenó el incendio, poco antes de las seis de la madrugada. "Estamos destrozados, no sabemos nada de ellos", se lamenta Alan Antonio, primo de Eric, y uno de los pocos invitados que decidió marcharse a casa después de la cena de cumpleaños. "Mi mujer me llamó muy asustada, diciendo que se había producido un incendio, y que dentro de la discoteca se había quedado atrapada parte de mi familia". Entre los muertos también hay una camarera de Fonda, que tampoco pudo escapar después de que el techo del establecimiento se hundiera, devorado por las llamas.
Identificación de los cuerpos
De estas 13 personas, solo se ha podido identificar oficialmente a tres, según ha informado el alcalde de Murcia, José Ballesta. La mayoría de los cadáveres están completamente calcinados, lo cual dificulta sobremanera determinar su identidad; la Policía Judicial solo ha podido tomar las huellas de tres de los difuntos, y el resto tendrán que esperar a los resultados de las pruebas de ADN que se están practicando a los familiares de los desaparecidos. Por otra parte, cuatro personas han aparecido con vida, mientras que una continúa desaparecida, sin ningún cadáver que dé cuenta de su destino. Desde la Delegación del Gobierno en Murcia descartan que haya más difuntos, fijando el recuento oficial de muertos en 13, y los heridos, en 24.
Este lunes al mediodía ha convocado un minuto de silencio en las puertas de los ayuntamientos y sedes de las principales instituciones murcianas, en señal de luto por las personas que han perdido la vida en este trágico incendio la madrugada del domingo 1 de octubre.
