Los Mossos d'Esquadra han detenido en las Borges Blanques (las Garrigues) a tres hombres, de entre 30 y 31 años, y una mujer, de 25, como presuntos autores de siete robos con violencia cometidos por todo el territorio catalán; además, a dos de los detenidos también se les acusa de un delito contra la salud pública por cultivar marihuana y de pertenencia a un grupo criminal.

La investigación empezó a finales de enero. Los Mossos tuvieron conocimiento que se había producido un robo de armas de caza en un domicilio de Sant Martí Sarroca, en el Alt Penedès. Los agentes descubrieron que los ladrones tenían una gran movilidad, desplazándose por varios municipios de Catalunya, y les pudieron relacionar con otros seis robos con fuerza cometidos en Santa Oliva (Baix Penedès), en Sitges (Garraf), y en Mollerussa y en Benavent (Segrià).

De jardineros de marihuana a ladrones

Paralelamente a la investigación de los robos, los agentes del Área de Investigación Criminal tenían en el punto de mira un grupo de personas dedicadas al cultivo y tráfico de marihuana. Ya habían detenido a siete personas en diciembre, pero las perquisiciones continuaban en curso porque algunos de los sospechosos todavía estaban en busca y captura.

Durante esta actuación se desmantelaron dos naves industriales con sendas plantaciones de "maría" en las localidades de Bellvís y Sidamon (Pla d'Urgell). Casualmente, dos de los detenidos por los robos habían trabajado para este grupo haciendo de "jardineros", ocupación que cambiaron para el de ladrones después de que los Mossos desmantelaran estas plantaciones.

Detenidos gracias a un accidente de tráfico

El pasado 6 de febrero los Mossos d'Esquadra identificaron a los ladrones después de que entraran en una casa de las afueras de Benavent. Al verse descubiertos, los criminales intentaron huir con el coche, con la poca fortuna de sufrir un accidente en uno de los accesos a la A-2, en las Borges Blanques, donde su coche salió de la vía. Los cuatro resultaron ilesos, y decidieron echar a correr mientras se desprendían de los objetos que acababan de robar.

Dos de ellos consiguieron eludir a la policía, mientras que los otros fueron detenidos in situ. Al día siguiente los agentes les acorralaron cuando llegaban a su domicilio, y efectuaron las detenciones pendientes. También registraron los pisos en los que vivían temporalmente, y encontraron dinero en efectivo, joyas, perfumes, ropa y mochilas, botines de otros robos.

Después de ser interrogados en comisaría, los cuatro detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia 2 de Vilafranca del Penedès, que decretó su puesta en libertad con cargos y medidas cautelares.