Un trágico suceso ha conmocionado a los vecinos de Camocim, una ciudad costera de casi 60.000 habitantes en el nordeste de Brasil, dentro del estado de Ceará. Este domingo, hacia las cuatro de la madrugada, un inspector de la Policía Civil que estaba fuera de servicio y disfrutaba de su día de descanso, ha entrado con un arma de fuego en la comisaría donde trabaja y ha matado a cuatro de sus compañeros a tiros. Las víctimas son tres secretarios, que en aquel momento estaban durmiendo, y otro inspector. Tres de ellos han muerto en el interior de las instalaciones, mientras el otro lo ha hecho en el exterior.
El asesino ha huido en un coche patrulla y se ha acabado entregando
Después de cometer los asesinatos, el inspector ha dejado abandonada la motocicleta con la cual había ido hasta la comisaría y ha huido con un coche patrulla que ha cogido del aparcamiento. Al cabo de poco rato, sin embargo, lo ha estacionado al lado de otra comisaría, en este caso de la Policía Militar, y se ha entregado. Tal como explica TV Globo, su abogada, Neirilane Roque, ha reconocido que el hombre está en las dependencias policiales "en estado de choque" y que no ha podido declarar. Está a la espera de ser puesto a disposición judicial. Se ha abierto una investigación para determinar la motivación del crimen, que todavía no está clara. Los cadáveres han sido trasladados hasta el anatómico forense para que se les practique la autopsia.
Desde la Policía Civil, han trasladado su pésame a los familiares de las víctimas, que han quedado devastados por la tragedia. También a sus compañeros policías, que no entienden qué puede haber pasado para que uno de los inspectores haya cometido esta masacre. El gobernador de Ceará, Elmano de Freitas, también ha lamentado las muertes y ha expresado su solidaridad hacia los afectados.