El pasado 22 de junio la policía francesa detuvo a tres personas por su presunta implicación en el envenenamiento de un lobo en la localidad de Crupies, a raíz de una investigación internacional que contó con la colaboración de los Agents Rurals de Catalunya, que fueron clave para poder culminar la investigación. Además, en el marco del acuerdo entre España, Francia y Andorra en materia de protección de animales en la zona transfronteriza, también participaron los Bombers de Andorra.

La investigación, liderada por la Office Française de la Biodiversité (OFB) y la Gendarmerie Nationale, se abrió a raíz de la desaparición de un lobo, especie considerada protegida, en la localidad francesa de Crupies, tal como ha informado la Fiscalía de aquel municipio, cerca de Lyon.

Infiltrado en la red de protección del lobo para asesinarlo

En el marco de un convenio de colaboración transfronterizo, un equipo de agentes rurales catalanes con dos guías caninos y dos perros adiestrados en la detección de venenos y cadáveres de fauna participaron en el registro de unas instalaciones donde se sospechaba que podía estar el lobo protegido que había desaparecido. El operativo, que permitió confirmar las hipótesis de los investigadores, se saldó con la detención de tres personas a acusadas de un delito de muerte de especies protegidas por envenenamiento, transporte ilícito de bienes protegidos y utilización inadecuada de productos fitosanitarios.

Según han explicado fuentes al corriente de la investigación, uno de los detenidos es un hombre que se infiltró en la red de protección de los lobos con el fin de conocer más sobre estos animales y poder orquestar, presuntamente, con dos ganaderos más, envenenar al lobo que atacaba sus granjas. Como tenían información del animal, colocaron trampas en una zona que sabían que el animal podría pasar, tal como fue. Luego le enterraron para evitar que pudieran encontrar ninguna pista relacionada con el envenenamiento.

Coordinación internacional

La participación de los Agents Rurals en esta investigación se enmarca en un acuerdo de colaboración entre la Generalitat, el Conselh Generau d'Aran, el gobierno de Andorra y el de Francia, firmado en abril del 2019, para la gestión coordinada en materia de fauna salvaje y especies cinegéticas en el espacio transfronterizo de los Pirineos.