Úrsula Corberó, la aclamada actriz española a quien La casa de papel ha catapultado definitivamente a la fama internacional, no lo tuvo fácil para llegar hasta lo más alto.
La dura vida de la madre de Úrsula Corberó
En una familia marcada por la eterna lucha de mujeres fuertes, la actriz ha hablado más de una vez de sus referentes: sobre todo, de su madre, Esther. La intérprete de Tokio desvelaba su dura vida, ya desde adolescente.
Y es que, tal como relataba: "se quedó embarazada de mi hermana con 17 años. Cuando le empezó a asomar la barriguita pasó a ser la peste del barrio, se quedó sin amigas y aun siendo una estudiante brillante, la echaron del colegio, porque era un mal ejemplo para las demás niñas. Ella siempre me cuenta que aun así siempre estaba contenta, los sábados por la tarde se iba a la discoteca sola y se subía al pódium a bailar sin parar con su bombo, a las dos horas se volvía para casa".
Las mujeres que inspiraron a la actriz sin salir de su casa
Este hecho, que marcó la vida de la mujer ya desde joven, no le impidió seguir luchando para seguir adelante junto a sus dos hijas: "Ha trabajado de corsetera, de florista, de pescadera, ha limpiado casas, ha sido auxiliar de clínica dental, ha vendido colchones… Y cuando le dije con 6 años que quería ser actriz, le suplicaba a su jefe que le diera la tarde libre y le decía que se lo descontara del sueldo para llevarme a los castings. Vivíamos a 62 kilómetros de Barcelona y mi madre no tenía coche ni carné, hacíamos autoestop en el pueblo para que nos llevaran al pueblo de al lado y allí cogíamos un tren que nos dejaba en Barcelona. Después metro. Las colas de los castings de publicidad eran infernales y durante un año no me cogieron para ningún anuncio, pero quien la sigue la consigue".
Desde su natal Sant Pere de Vilamajor, madre e hija iniciaron una carrera que acabaría dando sus frutos. Cuando Úrsula tenía apenas 13 años, llegó la primera oportunidad, a través de la cadena TV3: el programa Mirall trencat le permitió encarnar al personaje de Maria durante tres episodios, lo que le permitiría después participar en la serie Ventdelplà.
El salto a la fama internacional gracias a Tokio
El salto a las cadenas españolas no se hizo esperar y desde el estreno de La casa de papel en Netflix, la bomba Corberó se ha escuchado en todo el planeta. De Física o Química a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y al Banco de España para llevar a cabo el atraco televisivo más famoso de la historia.
Y no solo le ha servido para caminar por todas las alfombras rojas, sino que, durante el rodaje de las últimas temporadas de la serie creada por Álex Pina para Antena 3 y posteriormente traspasada a Netflix, las ofertas de todo tipo le han llovido.
Tras el estreno de la serie en 2018, participó en el videoclip de la canción de C. Tangana Cuando me miras y saltó a la música internacional como protagonista del vídeo de One day, el exitazo de Dua Lipa, J. Balvin y Bad Bunny, que fue dirigido por su pareja, Chino Darín, en Buenos Aires durante el confinamiento.
Sus otros negocios: portadas y embajadora de moda
En los últimos cuatro años, la carrera de la intérprete de Tokio también se ha expandido al sector de la publicidad. Úrsula Corberó ya es imagen de varias marcas y ha colaborado con Maybelline, Calzedonia o Springfield.
Además, en 2018 puso cara a la colección Fiorever de Bvlgari y en la actualidad es la embajadora de la marca de cosméticos japonesa Shiseido y colaboradora de la última propuesta de Loewe.
Pero no todos buscan solo su cara bonita y su impacto como actriz, sino que, además, es toda una influencer.
En su cuenta de Instagram, donde suele hacer publicaciones comerciales de sus colaboraciones con firmas de lujo, cuenta con más 24 millones de seguidores, demostrando su salto a la fama y popularidad.
Ya en 2018 se convirtió en la española más seguida en la red social, con 5 millones, aunque fue destronada el pasado 2020 por Ester Expósito, la actriz de Élite.
La de Úrsula Corberó es una de esas historias que emocionan y muestran la superación de personas que buscan y persiguen sus sueños a toda costa.