El Ayuntamiento de Calella, en el Maresme, y la Policía Local del municipio se han puesto de acuerdo en un tema: no puede ser que se deje en libertad a personas que cometen delitos y agreden a civiles inocentes. Este es el mensaje que envía a Marc Buch, alcalde de la ciudad, no solo a sus habitantes, sino a toda la población. Desde su perfil personal, el del Ayuntamiento, y el de la Policía Local se ha publicado en Instagram un vídeo donde el alcalde se queja del funcionamiento del sistema y del poco valor que tiene la función del policía si después los jueces dejan en libertad a los culpables.
El vídeo se publicó el sábado, y, a través de un problema reciente, pone el grito en el cielo sobre una problemática que afecta en todo el país. El alcalde narra cómo la noche anterior, dos "multirreincidentes habituales" estaban acosando a una chica por la calle. Viendo la situación, un hombre se acercó a los dos acosadores y les dijo que pararan, que no molestaran más a la chica y la dejaran tranquila. Los dos delincuentes dejaron en paz a la mujer, pero, en cambio, centraron su atención en el hombre que les había dicho que ya era suficiente, y le agredieron por involucrarse. Más tarde, al ser avisada de la situación, la Policía Local llegó al lugar de los hechos para arrestar a los agresores, sin embargo, siguiendo con su actitud, los dos hombres decidieron pegarse también con los policías. Afortunadamente, no hubo heridos de gravedad y se les pudo detener a los dos por delitos de agresión y atentado contra la autoridad.
Los detenidos fueron puestos en libertad de forma inmediata
Más tarde se llevó a los dos detenidos a los juzgados, donde tampoco se comportaron como tocaba y empezaron a causar más disturbios. A pesar de su conducta durante la noche y su historial de delitos previos, cuando llegó su turno de ser juzgados, se decidió ponerlos en libertad. Esta decisión ha enfadado al alcalde, quien ha salido a reclamar que los policías hacen su trabajo y, muchas veces, aguantan más del que deberían, como con la agresión de la noche del sábado, pero nada de eso sirve si después, cuando los delincuentes pasan a disposición judicial, se les deja en libertad. Buch pide que se aplique el Código Penal y la ley de extranjería, pero, por encima de todo, pide que se aplique el sentido común y que aquellos que cometen delitos acaben en la prisión y no de nuevo en la calle.