Los agentes del Àrea Regional de Trànsit de Girona de los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado 31 de mayo a un hombre de cuarenta y siete años como presunto autor de un delito de maltrato animal. Los agentes también investigan tres personas más por el mismo caso.
Los agentes de tráfico estaban realizando un control habitual en la AP-7 cuando, de repente, vieron una furgoneta circulando a gran velocidad por el tercer carril. El conductor, al darse cuenta de la presencia policial, redujo la velocidad y se cambió de carril para evitar ser aturado. Pero no le funcionó. La patrulla, al ver la actitud del conductor, le hizo señales para pararlo y hacer las comprobaciones pertinentes. Los Mossos observaron que el vehículo, ocupado por tres personas, transportaba animales vivos, concretamente 57 cajas que contenían gallos que habitualmente se utilizan para hacer peleas de animales y de los cuales no sabían especificar ni la procedencia ni el destino.
Ante los hechos observados, los agentes decidieron trasladar a dependencias policiales el vehículo a fin de que los agentes de la Unitat Regional de Medi Ambient, junto con profesionales veterinarios, pudieran hacer una inspección exhaustiva de los animales. Mientras los Mossos inspeccionaban los animales, un hombre se presentó en comisaría diciendo que era el dueño de los gallos. Este propietario tampoco dio ninguna explicación coherente a la policía. Por este motivo lo detuvieron por un delito de maltrato animal.
Animales en mal estado
Después de la inspección, los especialistas vieron que los animales eran gallos de raza española y que estaban en muy malas condiciones. Los animales tenían las crestas mutiladas, pérdida de plumaje y largas espuelas. Los expertos consideraron que los animales estaban destinados a participar en batallas ilegales y que podían tener un precio en el mercado de hasta 700 euros cada ejemplar.
Los agentes de los Mossos detuvieron al propietario, que no pudo dar explicaciones claras y coherentes sobre de dónde venían ni a dónde iban los animales. En paralelo, los Mossos también citaron como investigados los tres ocupantes de la furgoneta. Los sancionaron por no tener la autorización de transporte público de mercancías y no llevar el documento necesario de control de los animales. Ahora, tendrán que ir a declarar ante el juzgado cuando se los cite.
El detenido no tiene ningún antecedente y pasó el día 1 de junio a disposición judicial en el juzgado de instrucción en funciones de guardia de Girona y ha quedado en libertad provisional. Los tres investigados serán citados para declarar ante la autoridad judicial cuándo sean requeridos.
Los 57 gallos se encuentran en depósito a la espera de que el juez dictamine su destino final.