Decomisada más de una tonelada de cocaína que entraba en el puerto de Barcelona escondida entre cargamentos de cartones procedentes de México y Guatemala. El servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria ha intervenido 1.190 kilos del mencionado estupefaciente que habían entrado por los muelles de la capital catalana ocultos en un cargamento de 335 toneladas de cartón, supuestamente, destinado al reciclaje. Pero la ruta procedente de territorio guatemalteco no acababa aquí y continuaba hasta una nave de Tarragona y otra de Madrid. Por todo ello, hay cinco personas y la empresa que hacía las importaciones como investigadas en el caso.

Todo empezó con la denominada operación Shuko, que se puso en marcha al sospechar de la actividad de una empresa importadora de cartón para reciclar desde México y Guatemala hacia el puerto de Barcelona. Y, además, estas cargas ilegales se vendían después a sociedades españolas dedicadas al reciclaje de papel. Pero durante este transcurso, los investigadores de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria detectaron que algunos contenedores no se vendían y se derivaban a una nave industrial de Tarragona, sin ningún tipo de infraestructura para almacenar esta mercancía. Esto hizo sospechar, especialmente porque no quedaba claro el objetivo de las compras de estos materiales.
Distribución de cartones con cocaína en Tarragona y Madrid desde Barcelona
Por todo ello, y ante estas sospechas, cuando el pasado 12 de marzo la empresa importadora encargó catorce contenedores con 500 balas de cartón para reciclar con un peso de 335 toneladas, los vigilantes los siguieron muy de cerca y detectaron dos camiones que llegaban para cargar la mercancía, con una operativa más lenta de lo que sería habitual. Después inspeccionaron el cargamento y dentro de una de las primeras balas de cartón retiraron una capa de 670 kilos y encontraron dentro un paquete con pastillas de cocaína.

Ahora solo quedaba encontrar la otra bala, que tenía el mismo código que también contenía cocaína, que contendría un total de 200 kilos de droga. La Agencia Tributaria las buscó con la misma referencia y organizó, previa autorización judicial, una entrega vigilada de la mercancía a Madrid, que era su punto de destino, en una nave industrial situada en Camarma de Esteruelas. Esperaban que fuera alguien para que se hiciera responsable de la carga, pero no apareció nadie. En cualquier caso, la inspección del resto de material transportado encontró 990 kilos más de cocaína escondida en sesenta de las 500 balas de cartón importado desde México y Guatemala hacia el puerto de Barcelona.