La Policía Nacional ha desarticulado un grupo de estafadores asentado en Catalunya y Madrid que, a través de fraudes con métodos como el smishing o vishing, había conseguido estafar a 43 personas por todo el Estado español y se había embolsado 120.000 euros. En el operativo, que ha sido el punto final a una investigación que se ha alargado casi año y medio, se han detenido 35 personas a las cuales se les imputa un delito de pertenencia a organización criminal, otro delito continuado de estafa y uno de blanqueo de capitales.
Estafados haciéndose pasar por su entidad bancaria
La investigación que ha permitido acabar con el entramado criminal empezó a finales del año 2023, cuando la Policía Nacional recibió varias denuncias de personas que aseguraban que los habían estafado a través de su banca en línea. En todos los casos, las víctimas recibían un mensaje SMS supuestamente de su entidad bancaria donde los informaban de que se había detectado una actividad fraudulenta en su cuenta y les facilitaban un enlace para poder bloquearla. El enlace los redirigía a una página web exactamente igual a la de su banco, donde les pedían que introdujeran las credenciales de acceso, tanto el nombre de usuario como la contraseña. Así, pensándose que interactuaban con su banco, la víctima el que hacía era facilitar aquellos datos a los delincuentes.
Los investigadores pudieron ir estirando el hilo hasta identificar a los tres principales responsables de la organización, autores intelectuales y materiales de las estafas. Recogidos bastantes indicios, el pasado 28 de enero se hicieron tres entradas y registros en los que se intervinieron numerosos dispositivos electrónicos, ropa, artículos de lujo, 7.000 euros y un dispositivo lector y clonador de bandas magnéticas. En el operativo, llevado a cabo en Barcelona y Madrid, se pudo identificar y localizar al resto de integrantes del grupo que pertenecían a los niveles más bajos del entramado. De estos, unos se encargaban de hacer las llamadas a las víctimas, otros de abrir las cuentas donde recibir el dinero y, por último, las mulas que ponían su nombre como titulares de estas cuentas. Todos ellos, 35 personas incluidas los jefes del grupo, fueron detenidos y puestos a disposición judicial.