La Guardia Civil investiga a la madre de Agatha Parmantier Dos Santos, la niña de 6 años desaparecida en la localidad valenciana de Cullera, después de que el padre de la menor haya denunciado a la mujer por un presunto delito de sustracción de menores. La Policía Judicial de Cullera se ha hecho cargo de la investigación y está tratando de localizar a la madre y averiguar si, tal como apunta su progenitor, ha secuestrado a la menor y la tiene escondida en algún sitio.

Desaparecida hace más de dos semanas

Agatha desapareció el pasado 18 de enero, solo tres días después de su cumpleaños. La última vez que se la pudo ver fue en la ciudad de Valencia y desde entonces han pasado más de dos semanas y todavía no se ha podido descubrir su paradero. Efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Nacional y de la Policía Local de Valencia buscan sin descanso a la niña y tanto el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) como la entidad SOS Desaparecidos han compartido en las últimas horas la fotografía de la menor a través de sus redes sociales pidiendo ayuda a la población para intentar localizarla tan pronto como sea posible.

Según los datos facilitados, la menor mide 1,10 metros de altura, tiene el pelo castaño y ondulado, los ojos marrones y pesa en torno a los 20 kilos. Piden colaboración ciudadana para intentar encontrarla y piden a cualquier persona que pueda tener una pista sobre su paradero o que lo haya podido ver, que llamen a los cuerpos policiales, a la Fundación ANAR o que se pongan en contacto con el mismo CNDES a través del apartado de contacto de su página web para facilitarles esta información.

Detenida una madre que se había llevado a su hijo de 7 años a Bélgica

Mientras la Guardia Civil investiga la posible sustracción parental de Agatha, esta semana la Policía Nacional ha devuelto a su padre un niño de 7 años a quien su madre había tenido secuestrado los últimos meses. El pasado octubre, la mujer se llevó al menor de Ciutadella, en Menorca, a la localidad madrileña de Tielmes, para acabar en Bélgica poco después. Su teléfono móvil y las tarjetas bancarias la ubicaron en los alrededores a Bruselas, donde la policía belga, gracias a la colaboración internacional, la detuvo. La mujer declaró delante de la Fiscalía de Menores de Bélgica que era víctima de maltratos y que el niño había sido violado por su padre. Sin embargo, al escuchar también la versión del progenitor, el fiscal decidió que volviera a Menorca con él.