La Guardia Civil ha detenido en Tenerife a una hija que fingió su secuestro y que pidió a su madre un total de 50.000 euros para su supuesta "liberación". Además de la hija, en la operación policial también se ha detenido a cuatro personas más —familiares de la pareja de la hija—. La víctima recibió un vídeo donde la joven aparecía amordazada, llena de manchas de sangre falsas y con un cuchillo en el cuello. En ver las imágenes, la madre retiró del banco la cantidad de 50.000 euros que pedían los presuntos secuestradores para pagar la liberación de su hija. Exigieron a la mujer el pago en efectivo y en un lugar concreto determinado.
La mujer, víctima de un engaño hasta en tres ocasiones más
Durante la investigación, los agentes de policía descubrieron que la víctima ya había sido engañada en, al menos, tres ocasiones anteriores. En este caso ya había entregado un total de 45.000 euros después de recibir tres cartas con amenazas contra la vida de su hija. La Guardia Civil centró las pesquisas de la investigación en el entorno más próximo de la joven "secuestrada". Por diversos motivos, determinaron la implicación de la familia de su pareja sentimental.
Ante este suceso y como es habitual, una vez analizada la información, se activó el protocolo necesario ante casos de secuestro, contando con especialistas de la Unidad Central Operativa. Además, también se activó un módulo especial de intervención del GRS-8, que permaneció en alerta por si fuera necesaria una actuación para la liberación de la hija.
La policía descubrió que la chica no estaba en peligro
Sin embargo, los agentes de policía descubrieron en llegar al lugar que la joven que presuntamente estaba secuestrada estaba en perfecto estado de salud. No se encontraba amordazada, no estaba privada de su libertad ambulatoria ni mucho menos su vida estaba en riesgo. Por este motivo, la unidad investigadora procedió a la detención de todas las personas que se encontraban allí, concretamente cuatro personas miembros de la misma familia y la propia hija de la víctima, por simular un delito de secuestro y extorsión.
Un arma blanca y sangre artificial entre sus objetos
Justo en el momento que entró la policía, tanto la hija como los familiares de su pareja se encontraban en un salón de juegos. La Guardia Civil registró el domicilio y encontró los objetos utilizados para la simulación del secuestro, un arma blanca de grandes dimensiones, el pañuelo con el que amordazaron a la joven y un bote de sangre artificial. La operación ha sido bautizada como 'Operación Santero'.