La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 51 años en Fuengirola, Málaga, por un delito de simulación de delito y otro de estafa. El detenido llegó un día borracho a casa, no encontró las llaves para poder entrar y acabó forzando la puerta. Días después, para que el seguro se la pudiera reparar de forma gratuita, fue a una comisaría y fingió que le habían entrado a robar.

La investigación empezó cuando el hombre se presentó en la comisaría de la Policía Nacional para denunciar un robo en su domicilio ocho días antes. Según su relato, los ladrones provocaron daños en la puerta de entrada y se llevaron un reloj valorado en 450 euros. Pero cuando comprobaron el domicilio que era y el día en que se suponía que habían tenido lugar los hechos, los agentes se dieron cuenta de que aquello era imposible y aquel hombre estaba mintiendo.

El hombre había forzado la puerta de casa porque iba borracho y había perdido las llaves

La supuesta noche en que le habían entrado a robar, una patrulla de la Policía Nacional ya había ido precisamente a aquella vivienda. Una vecina del edificio los había alertado porque se había encontrado la puerta entreabierta y pensaba que podría haber entrado algún ladrón. Pero lo que en realidad se encontraron los agentes era un hombre completamente borracho en el interior que les decía que todo estaba en orden y que la puerta ya estaba rota de antes.

Las diligencias de los agentes confirmaban que aquella noche la persona que vivía en aquel domicilio llegó muy borracho y se dejó las llaves puestas en la cerradura de la puerta del portal. Subió hasta su piso, pero cuando llegó, no encontró las llaves y acabó reventando la cerradura de la puerta para poder entrar. Por eso, la vecina había visto la puerta entreabierta y los policías habían encontrado al hombre en el interior.

Al cabo de ocho días, sin recordar que una patrulla había ido a su casa de lo borracho que iba, se presentó en la comisaría para denunciar el robo. Posteriormente, envió la declaración del robo de su compañía de seguros para que lo indemnizaran por el reloj y le pagaran la reparación de la puerta. Finalmente, después de ser pillado, reconoció que lo que había pasado y explicó que el reloj en realidad lo había perdido en las fiestas del pueblo. Está acusado de simulación de delito y de estafa.