La pareja del exfutbolista Fernando Cáceres, Raquel Candia, ha muerto tras precipitarse desde un séptimo piso hacia el patio interior del edificio donde vivía, situado en Ramos Mejía, en Argentina. En el momento de los hechos, en la vivienda también se encontraba Cáceres, conocido por su trayectoria en equipos como el Real Zaragoza, el Valencia y el Celta de Vigo de la liga española. Hacía menos de un año que vivían juntos. Ella había dejado hace poco la relación con su exmarido, con quien tenía tres hijos.

La Policía Científica argentina investiga las causas de la muerte, contemplando tres hipótesis principales: feminicidio, suicidio o accidente. Según el fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Arribas, "todavía no descartamos ninguna hipótesis; es muy prematuro. Estamos trabajando sobre el escenario de los hechos y no tenemos nada sobre una tercera persona". La familia de la víctima, sin embargo, descarta el suicidio y sospecha también del hombre.

La familia acusa al exjugador de la liga española

El caso se complica con las declaraciones de la familia de la víctima, que afirma contundentemente que se trata de un asesinato. "Nosotros no creemos que ella se haya arrojado, como se dice en las noticias. Sabemos que tenía conflictos con la hija de Cáceres y quizás con su expareja, pero no creemos que haya sido un suicidio", ha explicado una prima de Candia.

Caceres 002
El hombre fue atacado hace años y quedó en silla de ruedas / Cedida

También el hermano de la víctima ha denunciado la relación conflictiva que tenía con el exfutbolista, calificándola de "bastante agresiva por parte de él". Según el testimonio de vecinos, había habido episodios de violencia previa, y aseguran que alguien la empujó desde el balcón. "Se trata de un feminicidio. Fernando Cáceres siempre la maltrató, es una mala persona. Mi hermana no se mató, la mataron", ha afirmado el hermano, tal como recogen varios medios argentinos, que han seguido el caso. El caso continúa abierto, y las autoridades siguen investigando para determinar qué pasó realmente en ese fatídico séptimo piso. La policía no cierra ninguna puerta ni ninguna línea de investigación, también pendientes de la autopsia de la mujer, de 45 años.