Una mujer fue a una clínica estética de Palma de Mallorca para hacerse unos retoques en la cara. Concretamente, quería inyectarse ácido hialurónico en el mentón. Lo que no sabía es que esta pequeña intervención acabaría convirtiéndose en una pesadilla. Al llegar a casa empezó a sentir un dolor intenso en el rostro y, en pocas horas, la piel empezó a hacer necrosis -es decir, el proceso en que las células del tejido corporal empiezan a morir.

Al dirigirse al Hospital General de Mallorca, los médicos de urgencias confirmaron el diagnóstico: una infección grave derivada de un tratamiento estético realizado sin ningún tipo de garantía sanitaria. Ante la gravedad de las lesiones, días más tarde, la víctima decidió denunciar la supuesta clínica estética a la Policía Nacional. Fue entonces cuando la policía abrió una investigación que terminó con la detención de la propietaria de la clínica, una mujer de nacionalidad rumana que practicaba estas intervenciones sin titulación ni licencia. 

Los agentes comprobaron que la sospechosa no tenía ningún tipo de formación médica y que actuaba de manera clandestina. Además, tampoco disponía de un espacio adecuado donde hacer las operaciones: alquilaba locales por horas, que no habían pasado ningún control sanitario y atendía a los pacientes sin cumplir las condiciones de higiene que obliga la ley. La Policía Nacional no ha cerrado la investigación y está trabajando para encontrar más víctimas de esta supuesta esteticista.

La detenida no residía en España 

La Policía Nacional ha podido confirmar que la detenida, que se enfrenta a los delitos de lesiones y de intrusismo profesional, viajaba de manera puntual a Palma de Mallorca para ofrecer sus servicios de manera ilegal, sin estar colegiada ni reconocida como profesional sanitaria.