Oficialmente los Mossos todavía no confirman que el cuerpo encontrado completamente quemado en una carretera secundaria entre Sant Vicenç de Castellet y el Pont de Vilomara, la semana pasada, sea el de Antonella Orihuela, una chica de Argentina que el año 2017 se había mudado a Terrassa con su marido y su presunto verdugo, Adrián.
Oficiosamente, sin embargo, todo el mundo lo da por hecho. También su hermano Ezequiel, desde de Almirante Brown, en Argentina, donde sigue por las noticias publicadas por los medios de Catalunya los hechos de este nuevo crimen machista.
Mató y prendió fuego a su pareja
La madrugada del jueves al viernes de la semana pasada un aviso al 112 alertó de un incendio al arcén de esta carretera, bajo un puente de la autopista C-16, en su paso por este municipio del Bages (Barcelona). Cuando los Bomberos y los Mossos d'Esquadra llegaron, encontraron el cadáver de un hombre en el interior de un coche, se había matado a él mismo, ahogándose con el cinturón del coche. Era Adrián. En el asiento trasero del coche los Mossos encontraron a una niña de dos años, Esme. Aunque estaba asustada, no tenía graves heridas y el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) la trasladó a un centro médico.
Se localizó un segundo cadáver, a menos de 100 metros del coche. En una zona quemada los Mossos encontraron el cuerpo de una mujer joven, Antonella Orihuela. Por los antecedentes y la información recogida por los agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de la región policial central, el hombre mató a la mujer -incluso se cree que lo hubiera podido asesinar antes del incendio- y después le prendió fuego. Los vecinos vieron cómo él mismo también se había quemado al encender el fuego que calcinó completamente el cuerpo de la mujer.
Antes, y siempre según la versión de los testigos, un matrimonio que vive en la zona donde aparecieron los dos cadáveres, Adrián había estado haciendo conducción temeraria por la zona. Los investigadores creen que el hombre quería provocar un accidente para esconder el homicidio, pero no salió adelante. Finalmente decidió, presuntamente, prender fuego a Antonella Orihuela -Debbie, como la conocían sus amigos y familia.
Esme, la hija, sola en Barcelona
Este crimen tiene dos personas muertas y una víctima colateral, la pequeña Esmeralda, hija de Adrián y Antonella, una niña de tan solo dos años. Ella, según sospechan los investigadores de los Mossos, vio el crimen y también como su padre prendió fuego a su madre, después de estar rato dando vueltas con el coche a gran velocidad, desde Terrassa, donde vivía la pareja, hasta este puente de la C-16.
La niña ha quedado huérfana y no tiene ningún familiar en Catalunya que se pueda hacer cargo de ella. De momento, bajo la tutela de la DGAIA de la Generalitat de Catalunya, espera en un centro médico -es positiva de Covid-19- que pueda ser acogida por algún familiar de Antonella, como su hermano. Ahora mismo, sin embargo, los trámites burocráticos están parados y la familia de la chica asesinada está buscando la manera de recoger dinero para poder viajar a España y encontrarse con la niña. La angustia de la familia Orihuela es creciente.
La familia se enteró del crimen por la prensa
Tienen pocas noticias de la niña, también del crimen y, al mismo tiempo, lamentan que nadie hubiera hecho nada para evitar el crimen, cuando todo el mundo sabía que la mujer era víctima de agresiones por parte de su marido. Incluso, familiares de ella, han asegurado que tuvieron conocimiento de los hechos cuando buscaron el nombre de "Terrassa" en internet.
Desde jueves por la mañana que no tenían noticias de la chica. Siempre estaban en contacto por WhatsApp con ella, y cuando dejaron de recibir noticias, se asustaron. Hablaron con Adrián, también por mensajes de texto, y les envió una foto de la niña, durmiendo, y diciendo que todo estaba bien, pero creen que en aquel momento, Antonella ya estaba muerta. El sufrimiento por un crimen así todavía se vive peor a miles de kilómetros de distancia.
La mujer había denunciado a Adrián el mes de abril
Adrián y Antonella hacía más de diez años que eran pareja. El año 2017, cuando el hombre encontró trabajo en España, los dos se trasladaron a Terrassa. El año 2019 nació Esme, la niña. Hace medio año un hecho desencadenó tensiones entre la pareja, que derivaron, según consta a las denuncias y también al testimonio de la familia, en violencia de él contra ella.
Esme sufrió un accidente en casa, quemándose -las heridas que los Mossos encontraron en la niña, al coche, y que no ligaban con los hechos de la madrugada- y el padre acusaba a la madre como la responsable. Iniciaron los trámites de divorcio, a petición de él, pero finalmente Adrián intentaron de nuevo recuperar el matrimonio, si bien las agresiones, presuntas, psicológicas y físicas se repitieron.
El caso estaba bajo investigación del juzgado sobre la violencia contra la mujer de Terrassa por una denuncia por "violencia verbal" presentada por Antonella el pasado mes de abril y estaba previsto celebrar el juicio el próximo mes de octubre, que ya no se podrá celebrar. Aunque no sufrió violencia física, o cuando menos, no consta a la denuncia, las amigas de Antonella creen que si hubiera tenido protección por parte de la justicia, se habría podido evitar este trágico final.
Antonella es una de las nueve mujeres asesinadas, presuntamente, en manos de sus parejas o exparejas este 2021 en Catalunya.