Mientras miles de personas celebraban las campanadas y daban la bienvenida al 2025 en la avenida Maria Cristina de Barcelona, a pocos metros de distancia, en la carretera de la Bordeta, se está llevando a cabo uno de los primeros robos del año en la capital catalana. A duras penas pasaban quince minutos de la medianoche cuando los Mossos d'Esquadra recibieron el aviso que había saltado la alarma de un piso en esta vía del barrio de Sants, así que una patrulla de paisano que estaba por la zona se desplazó hasta el inmueble para comprobar si había entrado algún ladrón, tal como ha adelantado el diario Ara. Cuando llegaron, sin embargo, el asaltante había conseguido escapar saltando por el patio de luces.

El hombre quedó atrapado en el patio interior, así que los agentes empezaron a bajar con la ayuda de los bomberos para intentar atraparlo. No obstante, el hombre reventó la puerta de un local situado en los bajos y consiguió despistarlos. En vez de escaparse, sin embargo, el ladrón decidió entrar en otro piso del bloque para seguir haciendo de las suyas. Los policías, siguiéndole los pasos, lo consiguieron localizar y el hombre, al verse acorralado  y sin escapatoria, se escondió en el interior del canapé de la cama. Poco después, sin embargo, los agentes de los Mossos lo acabaron encontrando y lo detuvieron.

Un multirreincidente con múltiples antecedentes

El detenido, de 42 años, fue trasladado a las dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial. Se trata de un viejo conocido de la policía catalana, un multirreincidente con hasta 36 antecedentes policiales. En esta ocasión se lo acusa de tres delitos de robo con fuerza, uno en el primer piso donde saltó la alarma, otro en el local al cual accedió por el patio de luces y un tercero en el piso en el cual lo encontraron escondido dentro del canapé de la cama. En el momento de su detención se le encontró encima una maleta con 960 euros en metálico y varias joyas de las cuales no pudo acreditar la procedencia.