La desaparición de Émile el pasado verano en la población francesa de Haut-Vernet ha acabado de la peor manera posible. Según ha informado la Fiscalía de Aix-en-Provence, este sábado se encontraron unos restos mortales a pocos kilómetros del pueblo y las pruebas de ADN han confirmado que son del niño de 2 años desaparecido. Fue una persona que paseaba por la zona quien se lo encontró y alertó a los servicios de emergencias. El cuerpo estaba muy estropeado y prácticamente esquelético. De hecho, se encontró el cráneo y los dientes que han permitido su identificación, pero faltaban muchos huesos y se está buscando y excavando por la zona para intentar localizarlos. No se descarta que hayan podido desaparecer por la presencia de animales salvajes.

Investigan las causas de la muerte

Una vez encontrados los restos mortales del niño de 2 años se ha puesto fin a su búsqueda y a la incertidumbre de la familia, pero empieza una fase de investigación por aclarar que pasó y como murió. La Gendarmería se encargará en los próximos días de hacer las investigaciones correspondientes en el lugar de los hechos, así como de los análisis a los huesos con el fin de determinar las causas de la muerte y cuando se produjo. Los investigadores trabajan para aclarar si el niño llevaba muerto allí desde su desaparición el pasado mes de julio o si, por el contrario, alguien lo ha dejado allí no hace mucho tiempo y, por lo tanto, habría una tercera persona implicada.

Se da la circunstancia que, tal como apunta Le Parisien, esta misma semana se había hecho una reconstrucción de la desaparición del menor. El pasado jueves, diecisiete personas relacionadas con los hechos, entre ellos familiares y vecinos de la aldea, participaron en un simulacro para intentar aclarar que podía haber pasado en una desaparición que desde un primer momento se declaró como inquietante y que tenía ciertos paralelismos con Madeleine McCann.

El menor desapareció misteriosamente cuando estaba jugando al jardín de casa de sus abuelos. Dos vecinos aseguran que lo vieron salir del domicilio y andar solo por una calle descendente. Desde entonces no había ningún rastro de él. Los investigadores mantenían todas las líneas de investigación abiertas con tres hipótesis principales: que el niño se perdiera y acabara muriendo, que sufriera un accidente con otra persona implicada o que alguien lo secuestrara. Ahora, tras encontrar al niño muerto, los investigadores tendrán que aclarar que le pasó.