Los Mossos d'Esquadra todavía no han localizado ni detenido al hombre que, con la cara tapada con un casco de moto, se acercó hasta la puerta del bar dominicano Serie-1 de Badalona y abrió fuego, hiriendo mortalmente a Eduardo P., un hombre de nacionalidad dominicana, de 45 años, el propietario del bar. Los vecinos oyeron varios tiros y como mínimo uno de ellos sirvió para poner fin a la vida de este hombre. En el tiroteo una chica de 18 años, la pareja del hijo de Eduardo P., también recibió un impacto de bala y tuvo que ser trasladada herida grave.
Ejecutado delante de su hijo: una venganza, principal sospecha
El hijo, que también estaba en el local, resultó ileso y es uno de los testigos más importantes que tiene ahora la policía catalana, con los investigadores del grupo de homicidios del AIC de la región Metropolitana Norte al frente para intentar descubrir qué pasó este jueves por la noche. Según los testigos, el pistolero sabía perfectamente cuál era su objetivo. Abrió fuego sabiendo perfectamente que Eduardo P. tenía que morir. Los Mossos, después de recoger indicios en la zona y escuchar a los testigos, también lo tienen claro: el objetivo era él. Está descartado, aseguran, un robo. En la caja del bar había dinero que el hombre ni se miró. Su encargo era poner fin a la vida del hombre de dominicano de 45 años, que fue ejecutado delante de su hijo y de la pareja del hijo.
Los investigadores están repasando la vida del hombre para intentar aclarar quién podría ser el responsable de esta ejecución al más puro estilo de película o importado de las zonas más duras de Sudamérica. Si lo hacía por cuenta propia o había recibido el encargo. Según ha podido saber ElCaso.cat, el hombre no tiene antecedentes por los Mossos, pero sí que estuvo en prisión hace años. Si bien no cierran ninguna línea de investigación, la principal hipótesis de la policía es que el asesinato de Eduardo P. está relacionado con una venganza con el tráfico de drogas de trasfondo. De momento, si bien la policía tiene una descripción del autor de los tiros y se están analizando imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, todavía no se ha podido localizarlo ni detenerlo.
Un bar complicado
Él y su pareja eran los propietarios del local de la avenida del Marqués de Mont-roig, en la esquina con la calle de Tortosa, entrando en la ciudad de Badalona desde Barcelona, a caballo entre el barrio de Sant Roc i del Gorg. Los vecinos explican que el bar genera habitualmente problemas de ruido, peleas y agresiones de arma blanca. Si bien es un bar que cerraba muy tarde y que servía casi de local musical y 'after', solo tenía licencia de bar con cocina, hecho que había obligado a la Guardia Urbana de Badalona a levantar varias actas, si bien nunca se llegó a clausurar. Los vecinos estaban hartos y, tal como algunos habían previsto, ha acabado con tragedia en una Badalona que parece que está fuera de control.