Un diplomático de la embajada de Irak en Madrid ha sido víctima de un atraco en plena calle este viernes. El hombre había salido del consulado para sacar dinero del banco, que depositó en un maletín. El atracador, o atracadores, le pincharon una de las ruedas del coche y, aprovechando el momento en que se bajó para cambiarla, le sustrajeron el maletín con los 2.600 euros y otros 1.100 dólares que acababa de coger del banco, así como varios documentos y las llaves de las cajas fuertes de la embajada.

El robo ocurrió el pasado viernes al mediodía en la calle Arturo Soria de Madrid, según ha informado el diario El Mundo. A estas alturas la Policía Nacional está investigando el robo, y su principal hipótesis es que se trata de un grupo organizado que vigilan varios cajeros automáticos de la ciudad para atracar a las personas que consideran que han sacado una cantidad considerable de dinero.

Atracado con el método peruano

Según el relato de la víctima, salió de la embajada en torno al mediodía del viernes y fue directamente a su sucursal bancaria para extraer el dinero. Mientras hacía la transacción, dejó el coche aparcado a solo unos metros del cajero, y no observó a nadie sospechoso por los alrededores. Al arrancar el vehículo se dio cuenta de que tenía una rueda pinchada, y volvió a aparcar para cambiarla.

Según la policía, los ladrones aprovecharon mientras el diplomático estaba distraído en el cajero para pincharle la rueda, conscientes de que no se podría marchar y que seguramente bajaría para cambiar la rueda, sin cerrar las puertas del coche. Esta técnica se conoce como el "método del pinchazo" o "método peruano". Las víctimas de este tipo de atraco suelen ser trabajadores y representantes de joyerías; los delincuentes les suelen seguir previamente para después hacerse con las muestras de joyas que llevan.

Nadie vio nada

Tal como aseguró el diplomático, ni cuando estaba delante del cajero ni cuando bajó del coche para cambiar la rueda vio a nadie. De hecho, se dio cuenta del robo porque, de golpe, la puerta del copiloto estaba abierta de par en par. Pero de los ladrones, ni rastro. La víctima había parado el coche en una gasolinera, y la Policía Nacional ha pedido las imágenes de las cámaras de seguridad para ver si pueden identificar a alguien. Por su parte, a los trabajadores de la gasolinera tampoco les llamó la atención nadie sospechoso.