La Policía Nacional ha detenido a un empresario de una fábrica de reparación de palés de Sant Vicent del Raspeig (Alicante) y al encargado de la empresa, de origen senegalés, acusados de tener en condiciones de semiesclavitud a siete inmigrantes senegaleses. Las víctimas trabajaban 12 horas por 30 euros si trabajaban de lunes a sábado y si eran once días en el mes la paga disminuía a 0,58 céntimos por cada 60 minutos trabajados. Además, ninguno estaba dado de alta en la Seguridad Social, según ha informado El Periódico.

La operación policial se llevó a cabo el pasado mes de agosto por los agentes del Grupo 3 de la Unidad de Redes de Inmigración y Falsedad Documental (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Alicante. Los agentes de la Policía Nacional detuvieron a los dos individuos acusados de delitos contra el derecho de los trabajadores y amenazas. La investigación se inició un mes antes cuando un trabajador presentó una denuncia y los agentes de la UCRIF decidieron vigilar los movimientos de la empresa, situada en el polígono del Canastell.

Jornadas laborales infinitas y un sueldo pésimo

Gracias a las vigilancias, los agentes descubrieron que el empresario se trasladaba con una furgoneta de la empresa en un mismo punto para recoger a varias personas de origen africano y las llevaba a la nave. Una vez allí, trabajaban hasta las siete de la tarde, mientras que los sábados, la jornada laboral se alargaba hasta las 00:30 de la noche, según la Policía. Los investigadores de la UCRIF comprobaron que los hechos denunciados eran ciertos y que, además, los trabajadores no estaban dados de alta en la Seguridad Social y realizaban turnos de 12 horas seguidas.

Aparte del terrorífico horario laboral, los trabajadores cobraban un sueldo muy bajo. Aquellos que trabajaban cada día recibían entre 600 y 700 euros en el mes, unos 2,5 euros la hora, mientras que los inmigrantes que trabajaban once días en el mes también en jornadas de 12 horas ganaban una miseria: 0,58 céntimos la hora.

El empresario castigaba a los trabajadores

Por si no era suficiente, el empresario detenido amonestaba a aquellos inmigrantes que estaban enfermos y que no podían ir a trabajar y les descontaba 25 euros del sueldo. Si los trabajadores se quejaban era peor, ya que recibían amenazas por parte del encargado.

Una vez la Policía Nacional consiguió todas las pruebas para poder acusar a los dos individuos de explotación, procedieron a su detención. Según ha informado la Comisaría Provincial, el encargado de origen senegalés reclutaba hombres de su país y los amenazaba.