La Policía Municipal de Girona ha detenido a dos jóvenes involucrados en el ataque a la discoteca Gossip este sábado de madrugada. Aparte de estos dos alborotadores, los policías también han identificado y denunciado seis personas más por los delitos de amenazas graves, desórdenes públicos y daños. Los arrestados han pasado a disposición de los Mossos d'Esquadra, que han abierto una investigación a raíz de las denuncias presentadas por los propietarios del local. Los detenidos están a la espera de pasar a disposición judicial las próximas horas.
El incidente del cual se les acusa se produjo después de que los vigilantes de seguridad de la discoteca, situada en el paseo Canalejas, los echaran por haber provocado desórdenes en la pista de baile. Como no los dejaban volver a entrar, el grupo empezó a increpar a los de seguridad, tirándoles objetos contundentes de la calle y amenazándolos de muerte. Este nuevo incidente ocurrió justo una semana después de una violenta pelea en las puertas de la discoteca Platea, a solo una calle de Gossip, por motivos similares y durante las cuales uno de los trabajadores del local quedó herido.
Aumento de violencia en las calles de Girona
Después del incidente de la semana pasada se intensificaron las tareas de vigilancias de la Policía Municipal y de los Mossos d'Esquadra, así como el número de patrullas, a partir de las tres y media de la madrugada, especialmente por la zona de ocio nocturno de Girona. Gracias a eso, la pelea de este sábado se pudo dispersar rápidamente y no hubo ningún herido, aunque la fachada de la discoteca Gossip sufrió daños considerables.
La concejala de Seguridad y Convivencia, Sílvia Aliu, ha explicado en su perfil de X que fueron los propietarios de estos locales quienes demandaron una mayor presencia policial durante las noches, así como que se impida la entrada de vehículos en las calles donde están situadas las discotecas, ya que el pasado sábado 16 de diciembre, uno de los alborotadores arremetió contra la puerta de acceso de Platea con un coche; por suerte, no atropelló a nadie, ya que la entrada se sitúa arriba de unas escaleras. Así y todo, el peligro de que alguna cosa parecida se vuelva a repetir ha obligado al consistorio a tomar medidas cautelares.