El rey del 'simpa', como lo llaman los vecinos, es una auténtica celebridad en Valladolid, pero los hosteleros no lo tienen en demasiada consideración. Y la policía, tampoco. El hombre, de 32 años, ya lleva una veintena de visitas a dependencias policiales acusado de marcharse sin pagar el importe de las comidas y bebidas que consume. Es decir, lo que conocemos de toda la vida como "simpa". El hombre pone cualquier tipo de excusa, desde uno "no tengo dinero" hasta "ya pasará un familiar a pagar".

Y ahora ha vuelto a hacer de las suyas. El pasado jueves, la policía de Valladolid recibió un aviso de un restaurante que afirmaba tener una persona que se dedicaba desde hacía unos días a no pagar la cuenta y que ahora lo quería volver a intentar. En llegar los agentes, el rey del "simpa" se negó a identificarse y los agredió y amenazó, por lo cual fue detenido.

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Un hombre "listo"

El detenido, identificado como D.M.V., es de paladar fino. No escoge cualquier cosa de la carta. Concretamente, le apetece comerse los platos más caros y costosos bañados, por si no fuera poco, con whisky.

El hombre, muy conocido en la localidad, ya acumula un total de casi 20 denuncias por todo Valladolid. De hecho, su rostro es un clásico entre los hosteleros.

Un mes antes ya fue detenido por la policía por hechos similares, después de que él y un acompañante se negaran a pagar un restaurante ubicado en la calle Puente Colgante. Los agentes le requirieron la documentación, pero él se negó a identificarse. Por este motivo, fue trasladado a dependencias policiales en calidad de detenido por un delito de estafa leve.

Reincidente

Pocas horas después, el hombre fue puesto en libertad. Una mala idea, porque dos horas después, los agentes de policía tuvieron que volver a un local porque el mismo individuo quería volver a hacer un "simpa", alegando que no tenía dinero.

Después de reconocer los hechos, la policía volvió a arrestarlo y lo trasladaron por segunda vez a dependencias policiales, donde se mostró violento.

El problema se encuentra en el hecho de que las víctimas denuncian la situación, pero la policía no puede hacer nada porque son facturas inferiores a 400 euros y, por lo tanto, se considera un delito leve. María José de la Calle, gerente de la Asociación de Hostelería de Valladolid, en unas declaraciones al diario 20Minutos: "Se le puede poner una simple multa, sin embargo, como no tiene recursos, no la paga".

A menudo, los hosteleros se ven en situaciones muy parecidas. Ven cómo un cliente se hace el distraído y se marcha sin pagar. Uno de los casos más famosos y que todos recordamos es el que ocurrió en León en el año 2017, cuando, en la localidad de Bembibre, una familia estaba celebrando un bautizo con 120 invitados cuando se empezaron a marchar haciendo "la conga". La factura ascendía a 2.000 euros.