Un agente de la Policía Nacional de 48 años se ha atrincherado en un cortijo de Atarfe, en Granada, este miércoles por la noche. El hombre estuvo toda la noche en el domicilio familiar y la Guardia Civil se desplazó hasta la finca del municipio granadino para negociar con él con el objetivo de que saliera y se entregara a las autoridades. Pero lejos de hacerlo, durante esta madrugada, amenazó con hacer explotar todo el complejo solariego, donde se encontraba solo, situado en los alrededores del Camino de Albarrate. Esto ha obligado a desalojar preventivamente a las personas que residen cerca de la zona, para evitar víctimas mortales o heridos en caso de que llevara a cabo dicha acción.

Finalmente, este jueves al mediodía, el policía nacional se ha entregado a los agentes de la Guardia Civil y ha quedado detenido. No solo por las amenazas de hacer estallar la vivienda y atrincherarse en el cortijo familiar, sino porque constaba contra él una denuncia de violencia de género presentada por su exmujer, según ha explicado a EFE un portavoz del Instituto Armado. El hombre arrestado había sido destinado a Granada y se encontraba de baja psicológica, además de la citada demanda de su expareja de 51 años, por maltratos psicológicos.

Negociaciones, investigación y detención

La Guardia Civil, además de las negociaciones con el individuo para que saliera del cortijo y dejara atrás las intenciones de hacerlo volar por los aires, recopilaron diversa información de personas próximas y registros como la denuncia de la mujer. Así, pues, tuvieron conocimiento la tarde del miércoles que el policía había comunicado a un conocido que tenía la intención de meter varios "tiros" a su expareja y que se había trasladado a la finca familiar en Atarfe. El resultado de esta historia de angustia, maltratos y amenazas concluyó con la entrega del agente de la Policía Nacional a los efectivos allí desplegados de la Guardia Civil y, poco después, fue detenido sin que haya sido necesario el uso de la fuerza ni ninguna resistencia por su parte.