"Está identificado y no puede estar muy lejos". Esta es la frase que utilizan investigadores de los Mossos d'Esquadra para hablar del segundo ladrón, el hombre que todavía no se ha podido detener, y que está relacionado con la agresión que sufrió un anciano el pasado 18 de marzo en la estación de Ferrocarriles de la plaza de Catalunya de Barcelona.

Las imágenes de las cámaras de seguridad han sido claves para identificar y detener a uno de los participantes en la agresión. Unos agentes de la Guardia Urbana lo localizaron por la calle el día 21 de marzo y quedó detenido. Se trata del joven que aparece de cara a las imágenes, un chico marroquí de 22 años con once antecedentes policiales y que ingresó en la prisión.

Identificado el segundo ladrón de los Ferrocarriles

Los Mossos saben quién es el segundo implicado y esperan poder detenerlo pronto. Los dos jóvenes, que siguieron al abuelo desde la calle Bergara, entraron con él a la estación de Ferrocarrils y lo asaltaron y lo tiraron por las escaleras, "trabajan" juntos en el centro de Barcelona. El chico que la policía catalana tiene identificado también es de nacionalidad extranjera.

Imagen de los dos ladrones: uno de ellos ya ha sido detenido, falta uno / ElCaso.cat

Sus datos se han compartido entre los agentes de paisano que trabajan, tanto de los Mossos como de la Guardia Urbana, en el centro de la ciudad por si se deja ver, poder detenerlo.

Las imágenes de las cámaras de seguridad, que fueron claves para poder identificarlos y detuvieron a uno de ellos, demuestran la violencia que los dos jóvenes utilizaron para atacar al hombre, de movilidad reducida. Cuando ya se habían hecho con sus pertenencias, y el hombre ofrecía resistencia, lo echaron escaleras abajo.

Los ladrones buscan víctimas más fáciles

Los episodios de inseguridad que se viven en el centro de la ciudad se han vuelto a hacer constantes después de la reapertura de los centros comerciales y del levantamiento de parte de las restricciones que se habían aplicado para evitar la propagación del coronavirus.

Los ladrones, que han hecho del hurto y robos con violencia su modus vivendi en el centro de la ciudad, tienen que buscar víctimas entre las personas vecinas de Barcelona por la falta de turistas, que eran, hasta antes de la pandemia, su principal objetivo.