Dos jóvenes, de nacionalidad alemana y 25 años, fueron detenidos por la Guardia Civil la madrugada del miércoles por la presunta violación de una joven, de 18 años y nacionalidad española, en una propiedad ubicada en los alrededores del establecimiento de Cova Santa, junto a la carretera de Sant Josep (Ibiza), según informa Periódico de Ibiza y Formentera. Uno de los detenidos es Atakan Karazos, un jugador de fútbol profesional que juega en el Sttutgart, un equipo de la primera división de la Bundesliga, la liga de fútbol alemana.
Según el relato aportado por la joven, los dos hombres la forzaron a mantener relaciones sexuales en la villa donde se alojaban. Tras los hechos, la víctima fue asistida en el hospital Can Misses y denunció a los dos hombres. Tras la denuncia formulada en dependencias de la Guardia Civil, la Policía Judicial localizó a los dos hombres identificados por la chica como los autores de una agresión sexual con acceso carnal.
A prisión sin fianza
Los dos individuos fueron trasladados a dependencias de la Guardia Civil para tomarles declaración antes de ser puestos a disposición del juzgado. Según indicaron fuentes judiciales, el juez de Instrucción número 4 de Ibiza, en funciones de guardia, ordenó este viernes el ingreso en prisión sin fianza para los dos jóvenes alemanes.
El futbolista detenido como autor de la presunta violación es Atakan Karazor, un centrocampista del Sttutgart que acaba de extender su contrato existente con su club de futbol, uno de los más exitosos de Alemania, según informa The Sun. El futbolista niega las acusaciones y asegura que no está implicado en los hechos que se le atribuyen; por ahora, tanto el futbolista como su amigo permanecen en prisión provisional y, según ha trascendido, el futbolista está en constante contacto con su abogado.
Protocolo de violaciones
Según explica la Guardia Civil, la joven acudió al Hospital Can Misses de Ibiza tras sufrir la agresión sexual. Fue entonces cuando el hospital activó el protocolo de violaciones. En esta localidad balear hay un protocolo consensuado autonómicamente para atender a las víctimas que, en el caso del centro ibicenco, coordina los servicios de Ginecología, Urgencias y Medicina Interna. Así, la joven se sometió a análisis y a determinadas pruebas para comprobar si había lesiones, enfermedades de transmisión sexual o un embarazo no deseado.