El asesinato de Claudia, la menor de 17 años a manos de su novio, de 19, en Totana, Murcia, empieza a aclararse. No cabe duda de que fue premeditado y calculado, aunque finalmente el joven, Johan, se derrumbó y ha confesado en varias ocasiones los hechos. A pesar de que ella nunca lo denunció por malos tratos, han salido a la luz diversos detalles que podrían haber sido claves para evitar el crimen.
Los detalles que indicaban que Johan mataría a Claudia
Engañando a Claudia, su novio Johan la convenció de que fuese a su casa para devolverle algunas pertenencias que se había dejado allí tras un año entero de relación sentimental, que ella pretendía cortar el día en que la asesinó. De hecho, según se ha podido saber de fuentes cercanas al entorno de los implicados, en los últimos meses el noviazgo se había deteriorado. El joven, de 19 años, se había vuelto obsesivo y enfermizo con las redes sociales de su novia. Incluso su madre vio cómo su hijo había cambiado de actitud y empezaba a temer por su estado emocional.
Mientras los análisis forenses siguen en marcha, Johan ha confesado cómo fue el crimen. Tras convencer a Claudia de que fuese a su casa, el pasado martes sobre las cinco de la tarde, empezó el plan que tenía pensado y calculado. Ya había ocultado una navaja en su ropa cuando le pidió a la que era su novia que le acompañase al trastero, tal y como detallaba La Opinión de Murcia. Una vez dentro, el joven sacó el cuchillo y apuñaló varias veces a la menor hasta acabar con su vida.
Conmoción por el crimen machista con una víctima menor en Totana
Después de matarla, el chico ocultó el cadáver debajo de unos colchones, escondió el arma en un canalón y se deshizo de la ropa ensangrentada. A partir de entonces, fingió normalidad, cenó con su familia en casa y se fue a la cama. Tras la denuncia por desaparición de Claudia, la Guardia Civil fue a interrogarlo, pero lo negó todo. Sin embargo, al cerrar la puerta a la policía, se derrumbó y confesó a su madre: "Mamá, he sido yo", tras lo que ella lo delató.
El cuerpo fue velado en el tanatorio de Totana con la gran ausencia de la madre de Claudia, que está en tratamiento por el shock tras el asesinato de su hija de 17 años. Y empiezan los detalles que contradicen la imagen de "bendito" que todos tenían de Johan. Ahora se ha podido saber que en más de una ocasión, la menor llegó al instituto con moratones en varias partes del cuerpo, aunque nunca admitió que hubiese sido su novio. De hecho, ella parecía no tenerle miedo y explicaba con toda naturalidad que le iba a dejar. Otro de los detalles, de hecho, fue un amigo con el que se cruzó de camino al que sería su matadero.
Moratones y sin miedo: menor número 14 asesinada desde 2003
A este le dijo a dónde iba sin ningún temor. Combinado junto al silencio sobre la posible violencia de género que estaba sufriendo y la ignorancia de su entorno de las lesiones que podrían haber alertado a sus familiares, este detalle hubiese sido clave para proteger lo imposible: la vida de Claudia, que murió sin haber tenido miedo.
Por su parte, Johan S.P. fue detenido por la Guardia Civil en la madrugada del miércoles tras el hallazgo del cadáver en el trastero y la confesión. Ha repetido su culpabilidad varias veces y la juez ha decretado para él prisión provisional y sin fianza ante las claras posibilidades de fuga. De momento, se enfrenta a un delito de asesinato con la agravante de género.
Claudia Abigail se suma ahora a la lista de las otras 14 menores víctimas mortales de violencia de género desde 2003. Además, hay 836 adolescentes en el sistema de vigilancia policial de Interior, de las cuales 173 se encuentran en situación de riesgo medio y 17 en riesgo alto de que su agresor ejerza violencia grave o mortal contra ellas.