Un virus despierta después de hibernar durante 48.500 años en el permafrost siberiano de Rusia. En esta capa de suelo permanentemente congelado, que se puede encontrar también en Canadá, Alaska, Groenlandia, Tíbet o Noruega, estaba escondido no uno sino siete virus que han sido revividos en un laboratorio de la Unversidad de Aix-Marsella, en Francia. La pandemia, con el impacto mundial que ha tenido la Covid-19, hace que este descubrimiento en pro de la investigación para encontrar posibles causas a medio y largo plazo del cambio climático, se considere a nivel social como una amenaza. Sin embargo, el pandovirus hallado solo infecta organismos unicelulares, es decir, amebas, pero no hay un contagio transversal hacia plantas o animales.

El hielo se está descongelando y es necesario estudiar los posibles virus prehistóricos

Pese a los efectos de la pandemia, esta investigación realizada en Francia no es más que una forma de prevenir posibles y futuras pandemias y epidemias si el hielo sigue fundiéndose a la velocidad actual. Esto podría dejar en libertad nuevos organismos que generarían algún tipo de impacto a la naturaleza e, incluso, en el ser humano. El estudio pretende, precisamente, evitarlo con las investigaciones de virus prehistóricos que evolucionaron en microsistemas ahora extintos. Esta variable provocaría una nueva manera de comportarse que sería impredecible: una clara amenaza para la salud pública si conservan la capacidad infecciosa en animales. La preparación es clave, especialmente con el aumento anual de temperaturas en casi todo el planeta.

No se tiene que sufrir, sin embargo. Jean-Michel Claverie de la Universidad de Aix-Marsella ha explicado que el virus descongelado es de hace más de 48.500 años (cosa que lo convierte en el más antiguo que ha devuelto a la vida). Es un tipo de pandovirus, extraído del permafrost a 16 metros de profundidad de un lago de Yakutia, en Rusia. La pandemia ha puesto la piel de gallina ante nuevos hallazgos como esta. "Es legítimo reflexionar sobre el riesgo de partículas virales antiguas que todavía permanecen infecciosas y que podrían devolver a la circulación a causa de la fundición del permafrost", ha sentenciado Claverie tras informar del nuevo organismo milenario que ha despertado.

Epidemias en Siberia: cuando se funde el permafrost

La descongelación del suelo congelado hace miles de años comporta la liberación de microorganismos, algunos de ellos infecciosos, que estaban hibernando bajo el hielo siberiano y otras partes de la esfera ártica o el Himalaya. Esta zona recóndita de la Federación Rusa, sufrió en el 2016 una epidemia al fundirse la capa congelada del suelo. Tras 75 años sin ántrax, el deshielo provocó que se liberaran esporas de Bacillus anthracis que se incorporaron a la cadena trófica. Esto provocó que volviera la enfermedad erradicada en todo el país y muriera un niño de 12 años, además de infectarse más de una veintena de personas en Yamalo Nenets (Siberia, Rusia), a unos 2.000 kilómetros al nordeste de Moscú. También perdieron la vida unos 2.300 renos, que fueron los principales portadores del virus.

Este ejemplo de 2016 ha vuelto a cobrar vida. Aunque en un artículo publicado en Global Health Action en el 2011, Boris A. Revich y Marina A. Podolnaya, ya alertaron de las consecuencias víricas de la descongelación del permafrost. "Podría devolver los vectores de algunas epidemias mortíferas de los siglos XVIII y XIX, sobre todo cerca de los cementerios donde se enterraron las víctimas", aseguraron. Por ello, parece imprescindible, de forma muy controlada, la investigación y descongelación de algunos de los organismos para prevenir nuevas epidemias o pandemias provocadas, directa o indirectamente, por el cambio climático y el calentamiento global.