Han saltado todas las alarmas entre los investigadores que llevan el caso de la desaparición de Sandra Bermejo el pasado 8 de noviembre en Gijón (Asturias). Un pesquero ha notificado esta mañana el hallazgo de un cuerpo en una zona rocosa de la cabo de Peñas, muy cerca de donde la psicóloga madrileña fue vista por última vez. La Guardia Civil se ha hecho cargo de desbriznar quién es realmente el cadáver, pero, a causa del estado en el cual se encuentran los restos, harán falta pruebas de ADN para poder identificar a la víctima.

Teorías opuestas

Hace tan solo unos días que su abogado aseguró que la noche que se le perdió el rastro su clienta no estaba sola. Nuevos testimonios parecían dar peso a esta afirmación: según un grupo de pesqueros, había dos coches junto al de Sandra en el parking del cabo de Peñas la madrugada que se esfumó.

El grupo había ido muy pronto para empezar a trabajar y se fijó en tres coches que se encontraban aparcados muy cerca entre ellos. En un primer momento pensaron que podría tratarse de pescadores furtivos y se acercaron para investigar. Los tres coches estaban vacíos y no observaron nada extraño, por lo cual se marcharon. Sin embargo, en enterarse de la desaparición de la joven se pusieron en contacto con la policia para facilitarles esta información. 

La familia de la desaparecida había descartado desde un inicio que Sandra hubiera marchado por voluntad propia. En contra, los investigadores siempre han sostenido que no había indicios de un secuestro, pero que no descartaban ninguna línea de investigación. Con el hallazgo esta mañana de un cadáver flotante en el mar en el cabo de Peñas, quizás se puedan esclarecer los hechos que rodean la misteriosa desaparición de la joven psicóloga.

Conexiones con un grupo esotérico 

La policía había empezado a investigar la relación que Sandra tenía con un grupo esotérico conocido como 'Agua de Estrellas'. Desde que se había mudado a Gijón, hacía dos años, Sandra había tenido contacto con varios miembros, entre ellos su líder, Roberto. Con ellos habría ido a hacer varias retiradas espirituales a los Picos de Europa y su último cumpleaños, el pasado 3 de septiembre, lo celebró a la finca del jefe de este colectivo