El vicario general de Barcelona, Antoni Vadell, pide a los feligreses de la ciudad que no asistan a las misas "ilegales" que celebra al cura Miguel Ángel Barco López en la calle de Bailén 100 de Barcelona. Barco está suspendido del sacerdocio desde el 22 de julio del año 2017, cuando el Vaticano lo apartó oficialmente después de acusarlo de haber sido padre. Un extremo que él niega.

Sigue haciendo misas

Sin embargo, una asociación lo ha contratado con el fin de hacer misa en su local del Eixample. Desde el Arzobispado de Barcelona se pide que la gente no asista a estas misas y aseguran que "este supuesto lugar de culto no cuenta con ninguna autorización del Arzobispado para su apertura ni para que se pueda celebrar el culto en nombre de la Iglesia católica".

Según el Arzobispado, Barco fue expulsado por una supuesta paternidad, un hecho que él niega. Por eso, consideran las misas que hace como "ilegales" y recuerdan que tiene prohibido usar ningún tipo "de hábito ni distintivo clerical" y lo considera, en virtud de un acuerdo en firme de la Santa Sede, en "grave rebeldía".

Miguel Angel Barco cuida

El cura Miguel Ángel Barco López, en una imagen de archivo / ReligionDigital

El testigo del mosén "rebelde"

Barco, sin embargo, niega que puedan apartarlo, niega la expulsión y asegura, en una entrevista que ha concedido a TV3, que tiene derecho a oficiar misas. "La condición de mosén te la da un sacramento que es imborrable, eso la Iglesia lo reconoce. Lo que se me ha retirado es el ejercicio del ministerio. Oficialmente. Con el cual yo estoy en desacuerdo", ha asegurado el alcalde "rebelde".

"A mí no me lo han dado por escrito que esté suspendido, por eso," apunta. Y también asegura que "a más, la 'inobservancia del celibato', ya que hablan de eso, ya que prescribe cinco años después, y hace quince!".

Contratado por una fundación

La Fundación Can Cerdà es la responsable del local de la calle de Bailén y es a quien ha contratado, pagando un sueldo y la seguridad social, según detallan fuentes de la misma fundación, y defienden que, a pesar de la expulsión desde Roma, defienden que el mosén Miguel Ángel Barco López pueda oficiar misas.

Dos investigaciones

El Vaticano inició dos investigaciones contra el cura. La primera, ante la posibilidad de que hubiera sido padre mientras ejercía el ministerio en Alcalá de Henares el año 2006 con una madre soltera a la cual asesoraba espiritualmente. La segunda fue por una acusación de abusos por parte de un diácono cuando era rector en Épila, en Zaragoza, el año 2014.

Con "la expulsión" en firme, pero con la negativa del cura de aceptarla, parece que al Arzobispado no le queda más que avisar a sus fieles que no asistan a las misas que hace Barco. En el comunicado del 3 de marzo también se prohíbe a todos los clérigos que estén en Barcelona que hagan misa en esta local o que compartan oficio con el cura "rebelde".