Una peligrosa persecución policial con cuatro menores implicados terminó la madrugada de este lunes, 29 de diciembre, con un coche accidentado contra una rotonda en Olesa de Montserrat, en el Baix Llobregat (Barcelona). Los hechos comenzaron en Sant Andreu de la Barca y obligaron a activar un dispositivo coordinado entre los Mossos d’Esquadra y la Policía Local de Olesa de Montserrat para poder dar caza al peligroso conductor, que, evidentemente, nunca había tenido carnet de conducir.

Peligrosa persecución tras saltarse un radar a 150 km/h

Según ha podido saber ElCaso.com, todo ello arrancó sobre las 01.40 horas, cuando una patrulla de los Mossos detectó en la A-2 un vehículo que se saltó un radar circulando a 150 km/h, una velocidad muy superior a la permitida. Los agentes intentaron detener el coche activando el panel luminoso con el mensaje "Seguiu-nos / Síganos", pero el conductor, lejos de obedecer, aprovechando que los policías salían de la vía, aceleró súbitamente, se saltó el cebreado y volvió a incorporarse a la A-2, iniciando una huida a gran velocidad para intentar escapar de la policía.

Ante la negativa del vehículo a detenerse, los Mossos avisaron a la sala central y comunicaron la dirección del coche en fuga, que se dirigía hacia Olesa de Montserrat. Alertada de la situación, la Policía Local del municipio activó un dispositivo para intentar interceptar el coche. Tras varios kilómetros de persecución, y ya dentro del casco urbano de Olesa, el conductor perdió el control del vehículo y acabó chocando violentamente contra los elementos decorativos de la rotonda de entrada al municipio, en la zona de Els Closos. A pesar del impacto, los cuatro ocupantes solo salieron con heridas leves.

Inmediatamente después del accidente, los cuatro menores quedaron detenidos por los Mossos d’Esquadra con la colaboración de la Policía Local. Paralelamente, el cuerpo municipal ha iniciado los trámites para reclamar los daños materiales ocasionados en la rotonda a consecuencia del choque a los padres de los menores de edad. La investigación de los hechos permitió esclarecer que el vehículo con el que estaban circulando era propiedad de un familiar de uno de los menores implicados. Los cuatro, que dieron negativo en las pruebas de alcohol y drogas y de quien los Mossos no han querido facilitar la nacionalidad, están acusados de un delito de desobediencia por hacer caso omiso de las indicaciones de los agentes. En el caso del conductor, además, también se le acusa de un delito por circular sin carnet de conducir y por conducción temeraria, poniendo en riesgo tanto a los ocupantes del coche como al resto de usuarios de la vía.