Los funcionarios de prisiones de Catalunya siguen en pie de guerra después del asesinato de la cocinera de Mas d'Enric, Núria López, hace más de dos meses. Después de este crimen, donde un preso que estaba trabajando en la cocina mató a la mujer a cuchilladas y después se suicidó, varios funcionarios han revelado datos que demuestran que el asesinato en la prisión se habría podido evitar.
Según detallan algunos de los funcionarios que han aportado información relativa al historial del preso Iulian S.O., de nacionalidad rumana, que estaba entre rejas con una condena por haber asesinado a una mujer en Valls, hacía años, las explicaciones de Justícia y de la consellera Gemma Ubasart en el Parlament de Catalunya no se ajustan a la realidad. Según los trabajadores, los datos recopilados ahora revelan "negligencias graves" en la gestión del interno que cometió el asesinato mientras trabajaba en la cocina de la prisión de Tarragona.
El interno asesino volvió a la cocina antes de tiempo
Según estos datos, que los funcionarios han compartido con ElCaso.com, el interno tan solo estuvo once horas en régimen de sancionados después de agredir a otro interno el 31 de octubre de 2023. Esta agresión, clasificada como una falta muy grave según el Reglamento Penitenciario, tendría que haber implicado una sanción ejecutiva inmediata, pero el interno fue reintegrado a la vida ordinaria al día siguiente sin cumplir los once días de aislamiento en celda que le habían impuesto. El 1 de noviembre de 2023, el interno ya hacía vida normal y trabajaba en la cocina de la prisión, en contradicción directa con el Real Decreto 782/2001 que regula la relación laboral de los penados. Este decreto estipula que, en caso de falta muy grave, el director tendría que haber acordado la extinción laboral del interno, cosa que no se hizo.
El 7 de noviembre de 2023, Iulian S.O., causó baja voluntaria de la cocina después de casi un año de trabajo. Fuentes internas apuntan a que este hecho podría esconder un pacto entre las partes, ya que no es habitual que un interno renuncie a un trabajo bien remunerado en la prisión. La extinción laboral del interno tendría que haber supuesto su exclusión de la bolsa de trabajo, y cualquier reincorporación tendría que haber sido validada por el equipo de tratamiento. No obstante, Iulian S.O. volvió a trabajar en la cocina el 5 de enero de 2024 sin seguir este procedimiento, por la renuncia anterior.
Tenía dinero, pero no pagaba por el crimen de 2011
Además, el interno Odriste, que rehusaba el tratamiento penitenciario y no había satisfecho la responsabilidad civil dictada por la sentencia del asesinato de 2011 en Valls, no tendría que haber trabajado nunca en la prisión, según los funcionarios que han seguido su evolución. Aunque no pagaba el dinero al que lo condenaron, en el momento de morir, se suicidó después de matar, supuestamente, a Núria, y todavía bajo investigación de los Mossos, tenía una cuenta de peculio de 8.200 euros. El mes de marzo recibió 343 euros por parte del CIRE, de los días que había trabajado el mes de marzo.
Para los funcionarios de prisiones, estos nuevos datos que se han conocido ahora sobre la vida del preso en Mas d'Enric ponen de manifiesto "una serie de negligencias" e "incumplimientos" que cuestionan seriamente la gestión de la consellera Ubasart y la transparencia en relación con este caso trágico que acabó con el asesinato de Núria y una revuelta en las prisiones catalanas. Los funcionarios, lo han repetido en varias ruedas de prensa y comparecencias, critican el modelo de Amand Calderó que fuerza a rebajar las sanciones y a optar por regímenes más abiertos que, según los mismos trabajadores, ponen en riesgo la seguridad y hace imposible hacer cumplir el código interno de los centros penitenciarios.