Este lunes TV3 presenta un nuevo capítulo de Crims. El programa de éxito del periodista Carles Porta emitirá el primer episodio del crim del Castell d'Ulldecona, tal como han bautizado el asesinato y violación de Mari Carmen Castell, una chica de 18 años que la mañana del 15 de febrero de 1982 apareció muerta y medio desnuda junto al castillo. Esta villa de las Terres de l'Ebre de menos de 5.000 habitantes había vivido el primer carnaval que se había autorizado después de la muerte de Franco, pero en Ulldecona siempre será recordado como el día que mataron a golpes a Mari Carmen, la hija de uno de los exalcaldes del municipio, Jeroni Castell.
El programa del periodista de Vila-sana, líder indiscutible de las noches del lunes, revelará en dos episodios este extraño crimen que no se pudo resolver hasta el año 1998 y sólo gracias a las confesiones de los familiares y amigos del asesino. La investigación del caso fue un verdadero desastre.
Una investigación muy errática complicó pillar al asesino
La piedra que había utilizado al autor del crimen y algunos pelos que se encontraron en el cuerpo de la chica desaparecieron. Ni la participación de un reputado detective privado, Jorge Colomar, en la investigación permitió implicar en el crimen a la persona que todo el pueblo sabía que había sido el autor de la muerte de Mari Carmen Castell.
En ell año 1998 la Guardia Civil detuvo a Ramon Pascual Barranco del Amo, sus dos hermanas y tres de sus amigos. Barranco fue acusado del crimen —y condenado, el año 2000— y sus familiares y amigos fueron imputados por encubrimiento. Sus explicaciones permitieron que fuera condenado a 30 años de prisión el año 2000 por el asesinato y la violación de la chica.
El primer baile de Carnaval en Ulldecona
Ulldecona vivió la madrugada del 14 al 15 de febrero de 1982 un baile de Carnestoltes como hacía años que no se había podido celebrar. Era el primero que se permitió hacer después de los años oscuros de la dictadura franquista, pero en este pueblo del Montsià aquel baile acabó con un baño de sangre.
Una niña de 10 años, el día siguiente por la mañana, paseando por el entorno del castillo de Ulldecona descubrió el cadáver de una chica de 18 años. Tenía golpes en la cabeza y estaba medio desnuda. Las pruebas forenses iniciales confirmaron que la víctima había sido violada y asesinada golpeándola con una piedra en la cabeza. Sobre la identidad de la víctima no había ninguna duda, era Mari Carmen Castell, una chica de toda la vida de Ulldecona.
Investigación torpe
Las investigaciones del crimen de Mari Carmen Castell fueron muy malas. Por el camino se perdieron pruebas, como la piedra que utilizó al autor del asesinato para golpear mortalmente la cabeza de la chica, y también un pelo que se encontró en el cuerpo de la chica. Fue enviado a Madrid para ser analizado —el año 1982 la técnica de investigación en España era muy precaria— y ya no volvió: ni el análisis ni tampoco el pelo. Todos estos contratiempos complicaron poder aclarar quién había sido el autor del crimen.
Sin ningún sospechoso claro, la Guardia Civil se pasó años dando palos de ciego. Al cabo de un tiempo un joven del pueblo, Ramon Barranco, fue acusado de haber agredido sexualmente a dos chicas jóvenes. Fue entonces cuando la Guardia Civil —y todo el pueblo; vivía justo delante de casa de la familia Castell— se centró en él. Pero ninguna prueba permitía a ningún juez ordenar su detención. Ningún indicio, ningún vestigio ponían en contradicción la versión que tenía Barranco en sus múltiples declaraciones delante de los investigadores.
Sólo las confesiones permitieron detenerlo
Sin arma del crimen y sin pruebas de ADN que lo pudieran situar cerca del cuerpo de la víctima, los investigadores de la Guardia Civil estaban en vía muerta. Tampoco la participación en la investigación de forenses de universidades españolas que se desplazaron a Ulldecona e hicieron una nueva autopsia a la víctima ni tampoco las investigaciones de un conocido detective privado, Jorge Colomar, consiguieron incriminarlo. Cuando faltaban pocos años para la prescripción del crimen, la Guardia Civil lo detuvo junto con sus dos hermanas y tres amigos suyos después de recibir una llamada anónima en la comisaría de la Guardia Civil. Las confesiones de los detenidos fueron claves para poder construir una acusación contra él, 16 años después. Fue detenido en mayo de 1998.
La Guardia Civil había interceptado llamadas telefónicas que ponían de relieve que la familia podía saber alguna cosa. Delante de la policía los familiares y amigos confirmaron las teorías de la policía y vincularon a Barranco con el crimen de la chica de 18 años.
El día del crimen el hombre llegó a su casa, en aquel momento tenía 25 años, con manchas de sangre en los pantalones. Su versión era que había trasladado el cadáver cuando lo vio, ya muerto, que no tenía nada que ver con el crimen y que cuatro amigos suyos fueron los autores materiales, pero esta teoría fue desmontada, punto por punto, durante el juicio que se celebró a principios de 2000 en Tarragona.
Condenado a 30 años de prisión: asesinato e intento de violación
El año 2000, después de un agrio juicio en la Audiencia Provincial de Tarragona, Ramon Pascual Barranco del Amo fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato y la violación —esta última en grado de tentativa— de la joven Mari Carmen Castell el año 1982 en el castillo de Ulldecona.
El tribunal probó que el hombre había recogido a la chica, la había llevado hasta el castillo y allí, después de agredirla sexualmente —sólo se pudo confirmar que lo había probado, aunque la acusación particular cree que también lo consumó— la asesinó a golpes con una piedra para evitar que la chica lo explicara. La condena llegó 18 años después del crimen. Los mismos años que tenía la chica cuando fue asesinada. Varios testigos explicaron que toda la familia de Barranco había ayudado a encubrir el crimen. Fueron la madre y las hermanas las que quemaron la ropa con sangre del día del crimen, aseguró una prima del acusado durante el juicio.
El hermano de Mari Carmen, famoso cocinero de estrella Michelin
Jeroni Castell, el hermano de la víctima, ganó protagonismo durante el juicio cuando se convirtió en el portavoz de una familia a quien le habían robado de madrugada a su joven Mari Carmen. El asesinato y violación de la chica el año 1982 marcó Ulldecona y, especialmente, a la familia Castell.
Jeroni entró en la cocina y, sin cambiar de ubicación, sin moverse de Ulldecona, empezó desde cero un proyecto de éxito que le ha permitido, durante ocho años seguidos, recibir el reconocimiento de estrella Michelin a su restaurante Les Moles, en Ulldecona mismo. No tenía ni idea de cocina y el año 1993, animado por uno de sus hermanos, empezó su carrera de chef. Y hasta hoy, con dos estrellas Michelin y dos soles Repsol que avalan el buen trabajo que ha desarrollado como líder de este proyecto perdido en Ulldecona.
En varias entrevistas Jeroni Castell ha asegurado que el sufrimiento por el asesinato de su hermana y haber tenido que vivir casi 20 años delante de casa de la persona que todo el mundo sabía que la había matado, en un pueblo de menos de 5.000 habitantes, "los hizo más fuertes". Este abril Castell ha revalidado su estrella, por octavo año consecutivo.