Producción ilegal de tabaco para exportar a Europa. La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria ha desarticulado una red de fabricación clandestina de tabaco de contrabando en Navarra y el País Vasco. El objetivo principal, por su ubicación próxima en la frontera con Francia, era exportar el material elaborado al resto del continente. De hecho, según fuentes policiales, en el momento de la intervención se contabilizaron más de 14 millones de paquetes fabricados los últimos meses, en diferentes explotaciones agrícolas de las áreas de la Cuenca de Pamplona y la comarca de Aralar, así como varias naves industriales diversificadas entre los dos territorios. En total, los agentes han detenido a 16 personas: siete de nacionalidad ucraniana, seis españoles y tres búlgaros. Además de intervenir el material de esta actividad ilícita.
Utilizaban explotaciones agrícolas y ganaderas de la zona para producir tabaco
La operación, llamada Baserría/Trampantojo, empezó una vez los investigadores obtuvieron informaciones sobre varias irregularidades en explotaciones agrícolas y ganaderas, principalmente en los alrededores de la capital navarra y la zona de Aralar. Por eso, se puso en conocimiento del juzgado de instrucción número 4 de Pamplona y los agentes establecieron dispositivos de vigilancia en estas áreas donde sospechaban que podían estar llevando a cabo acciones ilícitas. Los propietarios y trabajadores del sector tomaban muchas medidas de seguridad para no ser descubiertos, cosa que dificultó las indagaciones policiales. Pero fallaron en un momento dado: las comidas y cenas con camioneros en diferentes restaurantes los destaparon.
Tras la comida, los detenidos los guiaban hasta naves industriales de Navarra y el País Vasco, donde realizaban cargas y descargas de productos almacenados. Los investigadores puntualizaron que todo apuntaba a que eran hojas de tabaco para su posterior manipulación y transformación, simulando productos de diferentes marcas comerciales de uso habitual tanto en España como en otros países europeos. Lo tenían todo copiado y pensado: también estaba la etiqueta correspondiente en el idioma oficial del estado a donde se tenía que exportar.
En el interior de la nave de Larraun-Aldatz (Navarra) se intervinieron los libros-registros de la actividad de la fábrica clandestina en los que se observa, por la producción de paquetes, que tenía una alta actividad. En los meses previos a la actuación policial y hasta su culminación, se habrían producido un total de 14.421.000 paquetes de tabaco, según la contabilidad intervenida. Se estima que la capacidad de producción de la fábrica sería de 3.175.000 paquetes al mes, alrededor de un millón de cigarrillos al día. De la actividad ilícita de la elaboración y distribución del tabaco, el grupo criminal habría obtenido unos beneficios económicos de casi 80 millones de euros.
Cooperación internacional y largas jornadas laborales
La investigación, dado que afectaba más allá de las fronteras de España, tuvo el apoyo de la Europol para el intercambio de información de la Guardia Civil con los países de procedencia y tráfico de la materia prima necesaria para la fabricación del tabaco en Navarra y el País Vasco. Los agentes realizaron cinco entradas y registros en edificios clandestinos ubicados en los dos territorios, donde intervinieron más de tres millones de paquetes de tabaco, más de 27 toneladas de hojas de tabaco y más de tres toneladas de picadura, así como maquinaria y herramientas para la elaboración de las cajetillas. También detuvieron a 16 personas, a las que se las acusa de siete delitos: contrabando, pertenencia a un grupo criminal, delito contra los derechos de los trabajadores, la propiedad intelectual, contra la hacienda pública, trata de seres humanos y contra la salud pública.
De hecho, en los derechos de los trabajadores, destacan las largas jornadas laborales y las malas condiciones de salubridad de las personas contratadas por este fin. El horario de trabajo era de entre diez y doce horas de media y los obreros, además, no salían de la nave industrial principal, ubicada en Navarra, en ningún momento del día. Los trabajadores eran siete ciudadanos ucranianos, que vivían en una nave interior secundaria. Estos fueron detenidos porque se les incluyó en las diligencias como participantes en el entramado, pero ya se encuentran en libertad a la espera de resolución judicial.