Este jueves quedará visto para sentencia el juicio que debe aclarar el papel que tuvieron Consol Jacome, Jordi Radresa, Nicolau Morell y Eugenio Pérez en la muerte de la podóloga Maria Carme Font Senen, de 68 años, en Girona, la tarde del 25 de septiembre de 2020. Durante los últimos días, testigos, investigadores, peritos y los acusados han dado su versión, que ahora está pendiente de ser evaluada por el jurado popular para aclarar quién orquestó el robo que terminó con la muerte de Maria Carme.
Los acusados sabían que la mujer, que trabajaba como enfermera en una clínica de Girona y también tenía una consulta privada en su casa, guardaba dinero en efectivo en dos cajas fuertes. Este era el objetivo de los ladrones, pero el asalto se complicó y la mujer acabó muerta, estrangulada. Al día siguiente, cuando sus compañeras de trabajo la echaron de menos, y después de alertar a una de las hijas, se encontró el cadáver, con un golpe en la cabeza y atada de manos y pies. La noticia conmocionó a toda la ciudad de Girona, donde era una mujer conocida. Sobre todo afectó a una persona: el marido de una de las compañeras de trabajo de Maria Carme, Jordi Radresa.
Plan para robar en casa de Maria Carme
Según el relato de la Fiscalía y también de la acusación particular, el marido de Consol Jacome, amiga de la víctima, preparó el plan junto con su esposa para entrar a robar y llevarse el dinero en metálico que la podóloga guardaba en su casa. Contactó con dos personas, que fueron las que entraron en casa de la mujer, en la carretera de Barcelona, y le causaron la muerte, aunque aseguran que esa no era su intención.
Durante el juicio, que llega cuatro años después del crimen, los acusados han explicado su participación en los hechos. Jordi Radresa ha confirmado que diseñó el robo al saber que la víctima tenía una consulta y también propiedades en alquiler, lo que le hacía pensar que tendría dinero "en B". Él, sin embargo, no quería subir al piso, ya que podría ser reconocido, y contactó con otro hombre para que realizara el asalto. Este hombre, a su vez, contactó con un segundo hombre para ayudarle en el asalto. Ambos tenían problemas económicos debido a la pandemia y aceptaron hacerlo, pensando que sería un robo sencillo y que no tendrían que atacar a la víctima, solo coger el dinero y marcharse.
Mientras el marido de la compañera de trabajo hacía "de taxista" el día de los hechos, los otros dos hombres subieron al piso, según la versión de la Fiscalía. Uno de los dos autores materiales ha aceptado que estuvo en el lugar de los hechos, pero ha negado ser quien estranguló a Maria Carme. Ha admitido haber hecho la llamada desde un móvil falso, haciéndose pasar por un paciente que había concertado una cita con la podóloga, pero ha negado haberla matado. Según los forenses, murió estrangulada tras recibir varios golpes "con mucha fuerza" en la cara, la zona de las costillas y la cabeza.
Él ha dicho que el segundo acusado fue quien la estranguló. Este segundo acusado, que también fue arrestado cuando los Mossos explotaron la investigación del crimen y detuvieron a los cuatro implicados (la pareja y los dos ladrones), se ha desvinculado totalmente de los hechos y ha negado ser el sospechoso vestido con un mono azul captado por las cámaras de videovigilancia. También ha dado una explicación alternativa a las pruebas que lo incriminan, como las grabaciones de las cámaras de los peajes. Todo forma parte de una estrategia de defensa para generar dudas en el tribunal popular e intentar evitar que se pueda aclarar quién fue quien estranguló a la mujer, causándole la muerte.
Consol niega tener relación con los hechos
En cambio, Consol Jacome niega cualquier tipo de relación con los hechos y asegura que fue su marido quien orquestó el crimen, que ella no estaba al tanto. Acepta, sin embargo, dos errores. El primero, haber enviado un mensaje a la víctima, influenciada por su marido, cuando estaba preparando el plan. El segundo, no haber denunciado los hechos a los Mossos cuando, días después del crimen, Jordi Radresa había admitido que había orquestado el robo. Prefirió no contárselo a nadie.
En su declaración, la acusada ha afirmado que no se enteró de la muerte de la víctima hasta el día siguiente, cuando la llamaron las compañeras de trabajo para informarle de que habían encontrado el cuerpo sin vida en su casa. La procesada ha afirmado que, cuando lo comentó con su marido, su reacción la sorprendió: "Se quedó pálido. Era una noticia terrible, pero me sorprendió mucho su reacción". Los días siguientes, ha declarado, lo siguió viendo "muy mal, muy nervioso e inquieto" hasta que, en octubre, insistió preguntándole qué pasaba. Fue entonces, según ella, cuando el otro supuesto "autor intelectual" del asalto confesó que había planeado el robo y que él estaba implicado.
Los Mossos d'Esquadra, sabiendo que la pareja podría estar relacionada, microfonearon el vehículo que ambos usaban, y de las conversaciones captadas, la Fiscalía cree que la mujer estaba relacionada con el crimen. Ella, sin embargo, asegura que las conversaciones solo hacen referencia al mensaje de WhatsApp que envió días antes del crimen para concertar una cita con un cliente falso, y que desconocía las intenciones de su marido de robar a Maria Carme en su casa el 20 de septiembre.
Este jueves el caso ha quedado visto para sentencia después de la lectura de las conclusiones finales por parte de la Fiscalía, la acusación particular (liderada por Carles Monguilod) y las defensas de los acusados. Se espera que en los próximos días el jurado popular emita el veredicto, y que después el tribunal de la sección cuarta de la Audiencia de Girona decida, en caso de ser condenados, la pena para los cuatro implicados. Los supuestos autores materiales se enfrentan a 31 años de prisión cada uno por asesinato, robo con violencia y detención ilegal. La pareja, en cambio, se enfrenta a diez años de prisión por robo y detención ilegal, ya que no estaban en el piso en el momento de los hechos y no pueden ser acusados de asesinato.