La famosa cadena de comida rápida Pret a Manger ha tenido que pagar más de 800.000 libras esterlinas (poco menos de 1 millón de euros) a una trabajadora a modo de compensación por haberla dejado encerrada en un congelador durante más de dos horas. La mujer, que solo llevaba unos tejanos y una camiseta de manga corta, tuvo que recibir atención médica por hipotermia y, según ha explicado a los medios, "llegó a pensar que se moriría". Los hechos tuvieron lugar el pasado 29 de julio en el restaurante que la cadena tiene en la estación Victoria Coach de Londres, y la temperatura a la que la víctima tuvo que hacer frente superaban los 18 grados bajo cero.

Rescatada en el último momento por un compañero

La mujer acabó atrapada después de entrar en uno de los congeladores de la cocina para coger una caja de cruasanes para meterlas en el horno. En un momento determinado, en circunstancias que se desconocen, la puerta de la cámara refrigeradora se cerró, y el botón de apertura dejó de funcionar. La víctima entró en pánico, ya que nadie parecía oír sus golpes en la puerta, y porque, a medida que pasaba el tiempo, iba perdiendo sensibilidad en las extremidades.

Desesperada, intentó arrancar un trozo de una de las cajas de cartón para tapar la ranura del aire acondicionado, pero a aquellas alturas ya se encontraba sin fuerzas, con la respiración dificultosa y con sensación de somnolencia; su cuerpo estaba entrando en hipotermia. Afortunadamente, dos horas y media después de quedarse atrapada a temperaturas bajo cero, otro trabajador entró en el congelador, y la encontró a punto desmayarse.

No es la primera vez que pasa

Por lo visto, Pret a Manger ya había recibido varias notificaciones por parte de los trabajadores en referencia al mal funcionamiento de las puertas de los congeladores. Una de estas quejas provino del mismo restaurante de la estación Victoria Coach, del año 2020, cuando otra trabajadora quedó atrapada durante unos minutos porque el botón no funcionaba.