El asesinato de la mujer transgénero más famosa de Georgia ha conmocionado al país. Tanto es así que incluso la presidenta georgiana, Salome Zourabichvili, ha acudido este domingo a su funeral civil. Kesaria Abramidze, de 37 años, fue encontrada sin vida en su piso de Tiflis con 28 puñaladas el pasado miércoles 18 de septiembre y, al día siguiente, la policía arrestó en el aeropuerto de Kutaisi, la tercera ciudad del Estado caucásico y desde donde salen la mayoría de vuelos a Europa, a su novio y principal sospechoso del crimen: Beka Dzhaiaini, de 26 años y nacionalidad georgiana. Este se acogió a su derecho a no declarar.
Kesaria había explicado meses antes a su círculo cercano que vivía episodios de violencia con el joven detenido, quien, tal y como explicó ElCaso.com, supuestamente no quería salir públicamente en sus publicaciones en redes sociales, donde era influencer, para que nadie supiera que era su pareja. Al parecer, semanas antes del crimen, Beka y Kesaria tuvieron un desencuentro personal y se separaron. La investigación policial sigue abierta y el Ministerio del Interior evitó referirse al hecho de que la transgénero y el arrestado fueran pareja o expareja, así como tampoco hizo alusión alguna a las imágenes que Kesaria subió con Beka en Instagram y Facebook y fueron eliminadas horas más tarde, antes de encontrar el cadáver. Aunque la Fiscalía ha explicado que ambos pactaron publicar fotos de su relación en redes, un acuerdo por el que Kesaria habría aceptado recibir a Beka en su casa, el mismo día en el que la habría matado.
Cuchilladas, 14 minutos y huida hasta Kutaisi
Las cámaras de vigilancia del edificio donde vivía Kesaria, al norte de la ciudad de Tiflis, la capital georgiana, en la calle Avtandil, registraron 14 minutos en los que Beka entró y salió de su casa. De hecho, supuestamente le habría propinado 28 puñaladas en ese breve período de tiempo. En las imágenes se puede observar cómo el chico sale y entra del bloque, entre las 18.55 y poco antes de las 19.09 horas del pasado miércoles. El joven habría ido a la residencia de la modelo, que fue la candidata georgiana de Miss Trans Internacional 2018 en Barcelona, con un motivo inventado y, supuestamente, la había acuchillado repetidamente.
Tan solo estuvo 14 minutos dentro de la residencia de Kesaria y le propinó 28 puñaladas. Según ha explicado la televisión georgiana Mtavari, Beka fue con la clara intención de matarla, dado que compró una navaja en una tienda de caza de la capital del país y más tarde fue en taxi a la casa de la modelo transgénero, en Dighomi, para supuestamente acabar con su vida. La segunda fase del plan de fuga era claro: viajar de Tiflis a Kutaisi y subirse a un avión para salir de Georgia. Pero la policía lo capturó en el mismo aeropuerto de Kopitnari. Aunque el fiscal Grigol Nishnianidze ha explicado que el acusado podría tener una segunda intención para abandonar el país: trasladarse a Abjasia, país con reconocimiento limitado cercano al Kremlin y que Georgia considera ocupado por Rusia.
La presidenta asiste al funeral y la LGTBIfobia en Georgia
La presidenta de Georgia ha asistido al funeral civil de Kesaria este domingo, junto con familiares y amigos. La modelo transgénero ha sido enterrada en el cementerio de Vake. Zourabichvili, quien se mostró conmocionada por el crimen el pasado 18 de septiembre, ha sido la única representante del país en acudir al funeral.
Cabe recordar que la muerte de Kesaria se produjo al día siguiente, aproximadamente, de la aprobación en el Parlamento georgiano de la ley de Valores familiares y la protección de menores, que prohíbe la propaganda de relaciones no tradicionales y que fue muy criticada por los países occidentales. Esta normativa, en la que no participó la presidenta del país, dado que fue una iniciativa del partido gobernante Sueño Georgiano en el hemiciclo, establece, entre otras cosas, una pena de prisión de entre uno y cuatro años por cirugías de cambio de sexo, que la víctima se había realizado en 2014.
Georgia es uno de los países más LGTBIfóbicos de Europa, tanto a nivel social como político, y esta última normativa aprobada el lunes fue muy criticada por la Unión Europea, organización que concedió el estatus de candidato oficial al pequeño país del Cáucaso el pasado mes de diciembre. La muerte de Kesaria, como ha afirmado la prensa local, se convertirá en un "símbolo de libertad" por unos derechos que, a diferencia de países como España en los que existen desde hace décadas, en Georgia la orientación o identidad de género están ampliamente cuestionadas y discriminadas, en algunos casos, con violencia extrema. Estas actuaciones, sumadas a la aprobación de la ley de agentes extranjeros en el Parlamento georgiano hace unos meses, con duras protestas en contra en abril, mayo y junio, han vuelto a poner en entredicho la entrada de este Estado como nuevo miembro de la UE.