Una historia más del narcotráfico en Galicia. Los desembarcos de cocaína en la costa, el control de todo un pueblo, dinero y amor son lo que da forma a 'Clanes', una serie de Netflix de Jorge Guerricaechevarría, producida por Vaca Films e interpretada, entre otros, por Clara Lago, que se pone en la piel del personaje de una abogada, Ana, que viaja a Cambados para descubrir quién asesinó a su padre y que acaba enamorada de los hijos de uno de los capos de la mafia que controla el tráfico de la farinha en ese lugar. Cocaína, traiciones, familias, asesinatos, dinero y otros elementos envuelven la trama de ocho capítulos que han sido un éxito en todo el mundo, con más de 3 millones de reproducciones. Según los mismos guionistas, la serie está basada en hechos reales. Todos los personajes recuerdan a alguien real, y uno de ellos tiene una estrecha relación con Cataluña, y concretamente, con Sitges y Vilanova i la Geltrú, en el Garraf (Barcelona).

De Galicia al Garraf

La historia de amor de la abogada que interpreta Clara Lago y el narco Daniel Padín, que interpreta Tamar Novas en 'Clanes', se asemeja a la que, en la vida real, protagonizaron David Pérez Lago y Tania Varela, el hijastro de uno de los capos de los narcos de Galicia, Laureano Oubiña, y una joven abogada de Cambados, la villa donde transcurre la serie. Todos los que conocen la historia del narcotráfico en Galicia no han dudado un momento, a pesar de los cambios que ha obligado el guion, en ver en la Ana y el Dani al David y la Tania.

Ella era una abogada especializada en la violencia contra las mujeres que, después de empezar a trabajar para David Pérez Lago, empezó a cruzar la línea profesional para sumarse al aparato de blanqueo de la mafia de la cocaína de Galicia, entre los finales de los 90 y los inicios de los 2000, la época dura de este crimen organizado de clanes familiares.

En 2006 fue arrestada por su relación con los narcos que lideraba su pareja y fue puesta a disposición de la justicia, implicada en la llegada de 1.700 kilos de cocaína a Galicia, pero quedó en libertad. Más tarde, después de rehacer su vida sentimental con otro narco, escapó cuando debía ser juzgada por el caso de 2006, y no fue detenida hasta años después en Cataluña. En 2011 fue condenada, pero antes de ingresar en prisión, en 2013, escapó. Se convirtió en una de las caras públicas que la Interpol había ordenado cazar. Tenía una orden de detención internacional y todos la buscaban, pero fueron los Mossos d'Esquadra quienes en 2018 la detuvieron en el Garraf.

Escondida en una casa de Sitges

No había escapado del estado. Llevaba meses -no más de un año- escondida en una casa de una urbanización de lujo entre Sitges y Sant Pere de Ribes, en el Garraf. Vivía, como un fantasma, con una niña pequeña, que había escolarizado en un centro también de lujo, y sin llamar la atención. A pesar de que tenía una Red Notice de la Interpol sobre ella, los Mossos la encontraron por el aviso de un enemigo suyo, que los puso en situación. La policía catalana confirmó las sospechas y la detuvieron. Dos agentes uniformados la interceptaron en un parque infantil donde estaba con su hija -aquí 'Clanes' vuelve a cruzarse con la realidad- y acabó detenida. Antes intentó evitarlo, identificándose con documentación falsa, pero cuando fue trasladada a la comisaría de Vilanova i la Geltrú confirmaron que era ella, una de las mujeres más buscadas de Europa.

En la serie de Netflix la historia es diferente. Al menos, de momento, en esta primera entrega de capítulos. Habrá que ver si firman una segunda temporada -el éxito lo avalaría- y si 'Clanes' también llegará a Sitges y al Garraf. Una de las últimas noticias que la abogada de ficción anuncia al heredero del Padín así lo podría parecer. El tiempo dirá.