El centro de Barcelona vivió la pasada noche momentos de máxima tensión por culpa de un conductor bebido que conducía de forma temeraria. Los hechos tuvieron lugar hacia las doce y media de la madrugada, cuando agentes de la Guardia Urbana vieron un coche que circulaba a gran velocidad, haciendo aceleraciones bruscas y cambios de sentido reiterados, suponiendo un peligro para el resto de vehículos y peatones. Así pues, cuando se detuvo en un semáforo en rojo, los policías se pusieron a su lado y les pidieron a los ocupantes que pararan el motor.

El conductor, sin embargo, hizo caso omiso a las indicaciones de los agentes e intentó huir. Hizo marcha atrás para intentar escapar de la policia, subiendo a la acera. Seguidamente, aceleró y se fue a gran velocidad por la calle de Balmes. La patrulla de la Guardia Urbana pidió refuerzos y lo empezó a perseguir. A la altura del cruce con la calle de Aragó, embistió una moto que había parada en el semáforo, el conductor perdió el control del coche y acabó estrellándose contra ocho motos más y dos bicicletas que había aparcadas en la zona.

El conductor iba bebido y el vehículo era robado

Los dos ocupantes intentaron seguir con su huida a pie, pero rápidamente fueron parados. Por su parte, el motorista que recibió el impacto resultó herido y fue atendido por los sanitarios. Los agentes municipales identificaron a los dos ocupantes del vehículo, que tenía matrícula extranjera e iba con un neumático quemado, según detalla Betevé. El conductor fue sometido a la prueba de alcoholemia, dando un resultado positivo de 0,69 mg/l. Además, al verificar los datos del vehículo, comprobaron que ninguno de ellos era su propietario. Por este motivo, los dos quedaron detenidos por el robo del vehículo y por conducción temeraria.