Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro personas y han imputado una quinta por haber, presuntamente, hecho un complot criminal para blanquear los robos de olivas en varios terrenos de las Terres de l'Ebre. Entre los detenidos hay los tres ladrones, todos de nacionalidad española y de etnia gitana, y también el propietario de la almazara Colomé Mulet de Campredó, en Tortosa, que facilitó la entrada de las olivas que los tres ladrones habían sustraído de fincas ubicadas principalmente en el Baix Ebre y el Montsià.
Para hacerlo, los detenidos habían falsificado una declaración agraria (DUN) y la utilizaron para hacer la entrada de las olivas al molino. Desde esta empresa, sin embargo, lejos de verificar los datos, que eran de un hombre de nacionalidad pakistaní que no había pisado nunca un campo de olivos, hicieron la vista gorda y aceptaron los casi 4.500 kilos de olivas que los tres ladrones habían robado. Las fincas que tenía referenciada esta DUN eran yermas o sin producción, hecho que, en el inicio de la investigación, hizo estirar el hilo a los Mossos d'Esquadra, que hacen pensar que además de los ladrones, los autores materiales, también hay a un autor intelectual que orquestó los robos e incorporó en esta DUN terrenos de otros campesinos.
Una lata y un error en el pago, clave para los Mossos
La policía pudo relacionar, e iniciar la investigación, gracias a la identificación, por huellas, de uno de los ladrones, que se dejó una lata en una finca. Además, los Agentes Rurales identificaron, otro día, al hombre en un coche con dos más, hecho que permitió a los Mossos ubicar a los tres ladrones en el mismo lugar. Con una fotografía pudieron llegar a aclarar en qué molino llevaron las olivas, ya que no constaban en el registro, por la DUN falsificada. Un error desde la almazara también facilitó el trabajo a la policía. Si bien en la DUN constaba el número de cuenta del titular del documento, el hombre de nacionalidad pakistaní, así como también el registro de entrada, el pago de las olivas se hizo a la cuenta corriente de uno de los detenidos.
Ladrones conocidos
Al mismo tiempo, según ha podido saber ElCaso.com, los tres ladrones son conocidos en la zona y todo el mundo sabe a qué se dedican, aseguran fuentes próximas a la investigación. También el propietario de la almazara de Campredó, que también fue detenido por los Mossos d'Esquadra por un delito de receptación, para comprar unas olivas que tenía casi la certeza de que habían sido robadas. Y no solo eso, los Mossos también imputan al hombre un delito de falsificación documental y pertenencia al grupo criminal, asegurando que sabía perfectamente a qué se dedicaban los otros tres detenidos.
La quinta persona relacionada con este grupo de ladrones de olivas es el facilitador, un intermediario que consiguió los datos de un hombre de nacionalidad pakistaní con el fin de hacer la DUN falsa y así poder entrar las olivas en la almazara. Los cuatro detenidos quedaron en libertad con cargos después de ser interrogados en la comisaría de Tortosa, a la espera de que se pueda llegar a celebrar el juicio.
Desde la Unió de Pagesos han celebrado estas detenciones y han puesto de relieve el trabajo de los Mossos d'Esquadra, asegurando que de esta manera sí que se puede luchar contra el robo de olivas, unos hurtos que pueden arruinar familias que basan su negocio familiar en la agricultura, y que ya lo bastante mal lo pasan. Los robos en fincas agrícolas se han disparado los últimos meses, también por el aumento del precio del aceite de oliva, y los Mossos, en las Terres de l'Ebre, han optado también por intensificar los controles en los molinos privados para detectar fraudes y también la entrada de olivas de origen fraudulento, como en el caso de esta almazara de Campredó.
Falta de control de la DUN
El campesinado de la zona sur del país muestra su malestar por como el departamento de Acción Climática gestiona este tipo de declaraciones y la falta de control que desde el departamento hacen para verificar que son correctos y la trazabilidad de las olivas que llegan a los molinos y a las almazaras. Hay varios molinos de la zona que hacen menos controles a la hora de recibir olivas, denuncian también a los campesinos, y esta campaña se ha hecho una tarea intensa por parte de la policía catalana para vigilarlo y evitar este "blanqueamiento" del robo de olivas.