La explotación por parte de los Mossos d'Esquadra del caso Níquel, de fabricación de monedas de dos euros falsas, que se ha conocido hoy y que ElCaso.com ha avanzado algunos detalles, ha permitido saber que la mafia china que se encargaba de esta falsificación ha conseguido, desde 2018, cuando fueron detectados por primera vez, poner millones de monedas de dos euros en circulación. El Banco Central Europeo ha intervenido más de 500.000 y durante la investigación, en diferentes fases e intervenciones, se han confiscado 100.000. ¿Pero la pregunta es, donde están las otras?
El jefe de la Unidad Central de Falsificación de Moneda (UCFM) de la DIC de los Mossos d'Esquadra, el subinspector Sergi Sánchez, ha explicado que las monedas que fabricaba esta mafia desarticulada ahora eran vendidas solo a personas de nacionalidad china que estaban instalados en Catalunya. El valor era, más o menos, variando según el volumen que compraban, de unos 80 céntimos de euro. Las personas que las compraban las ponían en circulación de dos maneras, según ha podido saber ElCaso.com. O bien jugando a máquinas tragaperras de bares y casinos -muchas personas de la diáspora china tienen problemas con el juego, y de esta manera, podían apostar por menos de la mitad- y también, y aquí es donde es importante, como cambio de bares y tiendas regentadas por personas de nacionalidad china de la zona de Barcelona y del área metropolitana.
Como un trabajo de hormiga, pero rentable, algunas de estas personas que habían adquirido bolsas de monedas de dos euros falsas las ponían en circulación devolviéndolas de cambio en compras o consumiciones. Es decir, y así lo explican los Mossos d'Esquadra, hay millones de monedas que corren por Catalunya, España y Europa que esta organización criminal china ha puesto en circulación. Las monedas falsas de dos euros pueden estar en el monedero de todas las personas.
¿Cómo se pueden detectar?
Es muy complicado, por su calidad de falsificación, poder detectar qué monedas de dos euros son falsas y cuáles son reales. A ojo desnudo, imposible, asegura el subinspector. Tienen alguna diferencia con el peso y los colores, pero es muy complicado poder hacerlo si no es con un imán.
Las piezas que utilizan para montar las dos monedas las traen desde China, por separado, para no llamar la atención a la aduana. La circunferencia de fuera y la parte interior. Aquí, con maquinaria preparada -y peligrosa, uno de los falsificadores perdió un dedo-, juntan las dos partes y las marcan para dar verosimilitud. Uno de los problemas de la falsificación de monedas es poder hacerlo rentable. Aparte de pinchar la luz de la fábrica, los falsificadores evitaban un sobrecoste no imantando el material de las monedas falsificadas. De esta manera, si se quiere comprobar si las monedas son reales o hechas por esta mafia, solo hay que hacer la prueba del imán. Si la moneda queda enganchada al imán, es una moneda buena. Si no se queda, es la prueba que es falsa.
En el caso de detectar estas monedas fraudulentas hay que evitar hacerlas correr y es necesario entregarlas en una comisaría de los Mossos, haciendo la correspondiente denuncia.