Los Mossos d'Esquadra de la Divisió d’Investigació Criminal de la Regió Policial Metropolitana de Barcelona, conjuntamente con la Unitat d’Investigació de la Guàrdia Urbana de Barcelona, han liberado a dos personas en Barcelona que eran obligadas por un clan familiar a practicar la mendicidad y que vivían en condiciones infrahumanas. En la operación, han detenido a un hombre y una mujer como presuntos autores de un delito de tráfico de seres humanos con la finalidad de explotar a las víctimas y obligarlas a practicar la mendicidad.

El operativo policial se llevó a cabo el 7 de junio. Las dos personas liberadas fueron trasladadas en un primer momento al Centre d'Urgència i Emergències Socials de Barcelona (CUESB), donde se les proporcionó una primera asistencia. Actualmente, se encuentran bajo la ayuda especializada que se activa en casos de tráfico de seres humanos. Las dos personas liberadas vivían en unas condiciones deplorables y eran explotadas durante todo el día para recaudar dinero en las calles de la ciudad. La investigación policial ha dado prioridad en todo momento a la atención de las dos víctimas, que conseguían por término medio unos 100 euros al día, según los agentes.

Imágenes del operativo policial / Mossos d'Esquadra

Las explotaba y aprovechaba su vulnerabilidad

El inicio de la investigación policial se remonta al año pasado, cuando se detectaron dos hombres que diariamente pedían limosna en el distrito de Sants-Montjuïc. Los agentes hicieron diferentes vigilancias para aclarar los hechos y comprobaron que detrás de ellos había otras personas que los controlaban, los vigilaban y los obligaban a practicar la mendicidad.

Los detenidos en la operación son un hombre y una mujer, que se encargaban de trasladar a las víctimas, en algunos casos en el maletero de su vehículo, hasta el punto determinado donde tenían que pedir. Las descargaban y las obligaban a pedir dinero durante toda una jornada, hasta que las volvían a recoger.

El modus operandi del clan consistía, en primer lugar, en buscar personas en su país de origen con una situación de vulnerabilidad y con necesidades económicas severas. Los detenidos priorizaban que las personas tuvieran alguna discapacidad, ya que así eran más susceptibles de recibir más dinero a la hora de pedir. Por otra parte, esta discapacidad les hacía más difícil introducirse al mercado laboral tanto en su país de origen, como en Catalunya. Una vez encontradas, las coaccionaban y amenazaban para viajar a Catalunya, a menudo con promesas que no se cumplían cuando llegaban y eran obligadas a practicar la mendicidad.

Finalmente, los líderes del clan llevaban a las víctimas en autobús hasta llegar al sitio donde eran explotadas. Una vez en Barcelona, las hacían estar en diferentes puntos de la ciudad aprovechando los semáforos en rojo para pedir dinero entre los coches que estaban parados.

Condiciones infrahumanas y un fuerte control

Las condiciones en las cuales vivían las víctimas eran pésimas. Los líderes del clan los proporcionaban una pequeña cantidad de comida y beber, y las registraban físicamente cada día para quedarse con todo el dinero que habían recaudado. Vivían en un descampado y solo tenían un colchón para dormir, aunque las condiciones meteorológicas fueran adversas. Los investigadores comprobaron que las personas del clan dormían al mismo lugar pero con más exclusividad, con tienda de campaña.

El clan ejercía un fuerte control sobre las víctimas, ya que las vigilaban en los semáforos y en el sitio donde dormían para que no pudieran salir y no tuvieran libertad de movimiento. Además, las personas a quienes explotaban únicamente hablaban su idioma, lo cual hacía que fueran más vulnerables y no pudieran pedir ayuda, haciéndolos completamente dependientes.

Los dos detenidos eran líderes de un clan familiar ubicado en la zona de la Magòria, en el distrito de Sants - Montjuïc. Entre los dos han constituido un delito muy grave contra las personas, el de tráfico de seres humanos. También hacían periódicamente transacciones de dinero a su país de origen, donde están relacionadas con antecedentes por robos con fuerza.

La acción policial ante las redes o grupos de explotación por mendicidad va encaminada a detectar los hilos que conectan a la persona pordiosera a la vía pública con sus explotadores. A menudo esta conexión es muy costosa de detectar y todavía más de conseguir pruebas firmes que lo ratifiquen.

Otro caso el año 2018

En agosto del 2018, el mismo grupo de investigadores, llevó un caso en Barcelona relacionado con el tráfico de seres humanos, también con la finalidad de explotación a la mendicidad a una víctima de edad avanzada, que se encontraba en la calle en una situación muy precaria, y sin recursos sociales ni económicos. A la víctima le retiraron la documentación personal, dormía en la calle controlada en todo momento por sus explotadores y lo obligaban a pedir en la calle Gran de Gràcia de Barcelona durante jornadas enteras ganando. En algunas ocasiones ganaba entre 300 y 500 euros diarios, que tenía que entregar a sus explotadores.

La investigación, que estuvo tutelada por la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona, permitió identificar a tres individuos que formaban parte de un clan familiar como responsables del proceso de captación, traslado y explotación de la víctima. Se emitieron dos órdenes de detención europeas, ya que dos de los individuos habían huido. Meses más tarde, fueron detenidos y extraditados en España.

Recientemente, la Audiencia Provincial de Barcelona ha emitido una sentencia condenatoria hacia estos individuos, con unas penas de 10 y 16 años de prisión, para dos de los detenidos.