Trágico suceso este jueves por la tarde en una escuela de la ciudad de Ofenburgo, en Alemania, junto a la frontera francesa. Un chico de 15 años, durante la hora de comer, entró armado al recinto escolar, se dirigió directamente hacia una de las aulas, y disparó, como mínimo, un tiro en la cabeza a un compañero de clase. Posteriormente, salió a los pasillos y el padre de unos alumnos, que había ido al centro para tener una reunión con los profesores, lo pudo retener hasta que los cuerpos policiales llegaron y se lo llevaron detenido. El menor llevaba un arma de fuego, diversa munición y un cóctel Molotov, según apuntan medios alemanes.

El herido, de la misma edad que el asaltante, empezó a sangrar de manera abundante y fue trasladado de urgencia a un centro hospitalario, donde murió poco después. Un total de 180 alumnos que en aquel momento había en el interior de la escuela tuvieron que ser desalojados y se ha habilitado un equipo de psicólogos para atenderlos. De momento, el centro educativo está cerrado mientras las fuerzas policiales recogen pruebas en el interior. Según han informado desde la policía alemana, el pistolero y la víctima tenían relación y todo apunta que el crimen se habría producido por un "conflicto personal" entre los dos.

Alarma en Alemania por la violencia entre menores y las armas en las escuelas

El asesinato de este chico de 15 años en manos de su compañero de clase en Ofenburgo ha sido el último capítulo de una situación de violencia entre menores y de armas en las escuelas que empieza a preocupar a todo el mundo en Alemania. De hecho, este mismo miércoles, pocas horas antes del crimen, la policía también se tuvo que desplazar a una escuela de Hamburgo después de que dos chicos de entre 12 y 16 años amenazaran a su profesor a punta de pistola. Posteriormente, sin embargo, se supo que era de juguete. Además, en los últimos meses, un adolescente hirió a un niño de 8 años después de apuñalarlo en una escuela de Bischofswerda, mientras que un chico de 14 años asesinó a un niño de 6 años al acabar un partido de fútbol en Pragsdorf.