Solo cuatro días después de que unos ladrones saquearan una casa del Camí de les Bruixes, en L'Horta de Lleida, llevándose, entre otros, varias escopetas de caza, unos delincuentes (se investiga si son los mismos) han robado cuatro escopetas y dos rifles del interior de un domicilio de Castellserà. El robo tuvo lugar este lunes por la tarde, y el propietario denunció los hechos nada más darse cuenta de que le habían sustraído el armero. Los Mossos d'Esquadra de la Unidad de Investigación Criminal de Urgell-Segarra han abierto una investigación, y no descartan que este suceso esté relacionado con los otros robos de armas que han tenido lugar en las comarcas de Lleida los últimos meses.

Según ha adelantado el Segre, los ladrones accedieron al interior de la vivienda cuando los propietarios estaban fuera, y forzaron una de las entradas para poder apoderarse del armero, que arrancaron directamente de la pared. De la misma manera que en los otros robos, los cometidos en el Camí de les Bruixes, entre Alpicat y Lleida capital, y en Bovà y en Alguaire, los delincuentes también aprovecharon para robar dinero y otros objetos de valor.

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Este es el cuarto robo de estas características que ocurren en solo dos meses. A los investigadores les preocupa que se trate de la misma banda organizada que se ha especializado en robos de armas de fuego, posiblemente para venderlas más adelante en el mercado negro; tampoco descartan que estos asaltos sean producto del encargo de un tercero, que podría ser quien se beneficiara de la venta ilegal de las escopetas, dando un porcentaje a los ladrones como compensación después de cada robo.

En el caso del Camí de les Bruixes, los ladrones huyeron con dos coches que robaron de la misma casa. Los agentes encontraron los vehículos abandonados en Butsènit d'Urgell, pero no encontraron ni rastro de los ladrones. Los coches fueron trasladados a comisaría para analizarlos en busca de pistas, pero a estas alturas no consta ninguna detención relacionada con estos robos.

Si se trata de la misma banda, su modus operandi ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Las víctimas de los dos primeros robos, los de Bovà y Alguaire, eran personas de edad avanzada. Además, los ladrones entraban a robar con los inquilinos en casa, agrediéndolos y atándolos de pies y manos; en el caso de Alguaire, los llegaron a encerrar en un trastero. En aquellos robos solo se llevaron joyas y dinero, las armas se añadieron a la lista el pasado viernes, cuando saquearon la casa del Camí de les Bruixes.