Un hombre acabó, él solito, con 1.100 hectáreas de masa forestal de Extremadura. La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 54 años por provocar incendios entre 2021 y 2022 en la provincia de Cáceres, donde quemaron el equivalente a más de 1.100 campos de fútbol. La investigación empezó el verano de hace dos años, cuando se detectó el incremento de pequeños fuegos en los bosques, en campos agrícolas y otros lugares, muy próximos a carreteras. En total fueron 15, según el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA). Los agentes centraron sus sospechas en el conductor de un todoterreno que fue visto en las inmediaciones de donde poco después todo empezaba a quemar. No obstante, los investigadores no tuvieron suficientes pruebas para detenerlo.

Pillado por su vehículo todoterreno

Se escapó, pero no para siempre. Este 2022 los incendios forestales se intensificaron por las altas temperaturas y la presencia de pirómanos, como el hombre acusado de prender fuego a varias zonas de Cáceres. El modus operandi era lo mismo, con su todoterreno iba, prendía fuego y calcinaba áreas gigantescas. Este verano lo hizo, sobre todo, en el municipio de Santibáñez el Alto, donde provocó la declaración del nivel 2 de emergencias del Plan INFOEX y la evacuación de 800 personas de la localidad.

Los incendios eran intencionados. El hombre, presuntamente, encendía la chispa cerca de vías asfaltadas, lo que ha permitido conectar la quema con el detenido, que siempre estaba en las zonas donde empezaba el fuego junto con el vehículo del que sospecharon en 2021. Precisamente por los datos de su coche identificaron al pirómano como un vecino de Moraleja (Cáceres) de 54 años y lo arrestaron. Está acusado de un delito continuado de incendios forestales y ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial de Coria (Cáceres).

El detenido por la Guardia Civil, acusado de provocar 19 incendios en bosques de Extremadura / GUARDIA CIVIL
El detenido por la Guardia Civil, acusado de provocar 19 incendios en bosques de Extremadura / GUARDIA CIVIL

Complejidad de la investigación por falta de testigos

La frecuente inexistencia de testigos en el acto de prender fuego, hace muy complejo para los investigadores la obtención de pruebas directas en este tipo de hechos delictivos, teniendo que canalizar el grueso de las investigaciones en la obtención de indicios que ayuden a aclararlos. En eso hay que sumar, el temor detectado en las personas del entorno al ser interpeladas por las motivaciones, posibles causas y otros datos de interés para la investigación, los que suelen expresan a los agentes, el miedo a probables represalias contra ellas, sus familiares o sus bienes.