Catalunya se ha convertido en una de las grandes puertas de entrada de droga a Europa. Sea a través de sus puertos o cultivada y fabricada en el mismo país, es mucha la cantidad de sustancias estupefacientes que salen de aquí para ir hacia otros países del continente. El pasado 9 de septiembre, sin embargo, los Mossos d'Esquadra pudieron interceptar uno de estos envíos en la AP-7. Fue hacia las nueve de la noche en un control de transportes que agentes de Tráfico habían montado en el área de servicio del Gironès, a Aiguaviva. Los agentes pararon un camión que se dirigía hacia Francia e hicieron las correspondientes comprobaciones, pero solo descubrieron que el conductor estaba cometiendo varias infracciones, si no que también llevaba una carga ilegal a la parte de detrás.
Cuándo comprobaron la documentación del vehículo, vieron que el tacógrafo no tenía insertada la tarjeta del conductor y, además, el camionero tampoco llevaba la hoja de consignación donde tenía que anotar el comienzo de la jornada y no había registrado manualmente los desplazamientos que hacía diariamente. Por todo eso, quedó denunciado por tres infracciones. Acto seguido, los agentes de los Mossos inspeccionaron el semirremolque del camión para comprobar la carga y vieron que en los palés había unas cajas sueltas que no iban atadas con el resto del cargamento.
Más de 350 kilos de droga en el semirremolque
Al abrirlas y comprobar que contenían, se descubrió que en el interior había varios paquetes con más de 50 kilos de cocaína y más de 300 kilos de hachís. Ante este hallazgo, los agentes alertaron la Unidad Canina para hacer más comprobaciones y se detuvo al conductor del camión como presunto autor de un delito contra la salud pública. Se trata de un hombre de 52 años y originario de otro país europeo que no tenía antecedentes policiales en Catalunya. Los Mossos d'Esquadra mantienen una investigación abierta para aclarar los hechos y tratar de averiguar de dónde ha salido toda esta droga.