El caso de Esther López, la mujer de Traspinedo desaparecida y encontrada muerta el pasado febrero, sigue sin resolverse. Tras semanas de búsqueda, su cuerpo aparecía sin vida en una cuneta y la Guardia Civil tiene en el punto de mira a los dos amigos con los que estuvo la noche de la desaparición: Ramón, El Manitas, único imputado, y Óscar, dueño del coche en el que estuvo por última vez la víctima antes de morir. Ahora las cámaras de seguridad han levantado aún más sospechas sobre él.
El caso de Esther de Traspinedo sigue sin culpables ni solución
Aunque la autopsia reveló que el cuerpo de Esther tenía la cadera fracturada y contusiones compatibles con un atropello, aún no se ha podido determinar si su muerte fue accidental o violenta. Aquella noche del 12 de enero, estuvo junto a tres amigos, de los cuales solo uno tenía coartada. Los otros dos, Óscar y Ramón, alias El Manitas, están aún en el punto de mira, sobre todo el primero, que fue la última persona que vio con vida a la mujer.
De hecho, su actitud desde el principio ha levantado sospechas, ya que dio varias versiones de los hechos a la Guardia Civil, centradas en una pelea que acabó con Esther bajándose del coche y marchándose por la carretera en la que después apareció muerta. Aunque el cuerpo no mostraba evidencias claras de muerte violenta, hay datos que apuntan a un posible homicidio, como que el móvil de la joven apareciera junto a su cuerpo totalmente limpio, sin huellas ni siquiera de su propietaria.
Las cámaras revelan un extraño comportamiento de Óscar
Y ahora, según ha podido saber La Sexta, varias cámaras de seguridad de gasolineras de la zona captaron a Óscar los días posteriores a la desaparición de la joven limpiando a conciencia su coche, un Volkswagen Tiguan de color gris. El mismo vehículo está siendo inspeccionado tras encontrar un golpe en la carrocería y la investigación se centra en averiguar si el sospechoso ha cambiado piezas recientemente, así como en encontrar restos biológicos de la víctima.
Es la segunda vez que lo revisan, ya que en un primer momento se encontraron restos de ADN de Esther que, sin embargo, podrían ser de veces anteriores en las que la joven dejase sus pertenencias en el maletero. Aunque no es el único sospechoso -Ramón El Manitas sigue imputado por un motivo excepcional-, fue el último en estar con la mujer aquella madrugada, cuando salieron de copas y sobre las dos empezaron a discutir hasta que ella bajó del coche y se fue andando por la carretera, desapareciendo hasta el 5 de febrero, cuando un vecino la encontró muerta en una cuneta.
Además, según detallaba Caso Abierto, Óscar es muy amigo de la familia de la joven de Traspinedo y tiene mucha relación con su hermana. De hecho, antes de la desaparición, se había quedado a cenar y dormir a su casa más de una vez. A pesar de ello, se desconoce el posible móvil del crimen ni si fue él, aunque la principal hipótesis es que el lugar donde murió no fue el mismo en el que fue encontrada, algo que se dedujo de la postura del cadáver.