Conducir por vías interurbanas puede ser más o menos peligroso. El principal riesgo radica en la velocidad a la cual se puede circular, que implica que las carreteras tienen que cumplir con unas medidas de seguridad mínimas y señalización específica de prevención. Pero no siempre se así. En España todavía hay ocho tramos sin recorrido alternativo y que pueden ser propensos a los accidentes de tráfico. Entre de ellas hay una en Catalunya, la N-230 que empieza en la avenida Alcalde Porqueras de Lleida, cruza parte de Aragón para volver a Catalunya, y finaliza al kilómetro 188, justo con la frontera con Francia en el municipio de Bausen (Lleida). En esta nacional, de hecho, se han producido varios choques mortales entre vehículos al término de Sopeira (Huesca) donde murieron dos personas.

Estas son las carreteras más peligrosas de España

Pero hay muchos más tramos que están catalogados con peligrosidad alta. Según el programa EuroRAP, además de la catalanoaragonesa N-230, las que tienen más riesgo en según qué puntos en circular con el vehículo están en Cantabria la N-634 (entre los kilómetros 232,8 hasta los 243,1 y es la más peligrosa de España), en Andalucía las N-340, N-323 y N-331; en la Región de Murcia la N-345, en Aragón la N-234 y en Castilla y León la N-122. Estos son los trozos de vía donde según el informe del año 2022 citado por 20minutos aumentarían las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico.

Todos estos son los puntos críticos que el estudio extrae que todavía existen en España. Pero, además, hay dos carreteras que son especialmente peligrosas y aparecen a la lista desde el 2018. Una es la N-340 en Granada entre los kilómetros 296,4 y 312,9 y la otra es la N-345 en Murcia, entre el 0 y el 7,2. Son las dos vías con una siniestralidad más alta que llevan más tiempo dentro de las que comportan más riesgo de sufrir un accidente de tráfico a todo el país. El Ministerio de Transportes asegura que ya "ha actuado proactivamente a los nueve tramos negros". Sin embargo, parece que los esfuerzos no acaban de ser suficientes, especialmente por las dos nacionales que llevan casi cinco años entre las más peligrosas de toda España.