Los Mossos d'Esquadra han dado un paso más en la guerra contra los ladrones de relojes que actúan en el centro de la ciudad de Barcelona, una de las capitales de Europa donde este tipo de robos está causando más problemas, sobre todo, entre turistas que visitan Catalunya. El paso, sin embargo, puede convertirse en poco efectivo. La policía catalana ha detenido a siete personas que, según las informaciones de la División de Investigación Policial (DIC) de la Región Policial Metropolitana Barcelona, formaban parte de un grupo organizado que asaltaba personas en el centro de Barcelona para robar relojes de alta gama. Sin embargo, solo uno de ellos, el que la policía cree que era el líder, un joven de nacionalidad extranjera, originario del norte de África, ha ingresado a prisión. Los otros seis detenidos, entre ellos el encargado de colocar los relojes robados y una persona que se encargaba de dar apoyo logístico en la banda, han quedado en libertad con cargos.
Seis de los siete detenidos, en libertad
Los detenidos, seis hombres y una mujer, de entre 24 y 39 años, acumulan, entre todos, un total de 72 antecedentes por hechos patrimoniales solo en nuestra casa. La policía también les ha seguido el rastro internacional y les constan antecedentes en otros países europeos. Este es una operación contra los ladrones "locales", los ladrones de relojes instalados en la ciudad, que han ido modificando su modus vivendi para especializarse en robos de relojes. Los Mossos, por otra parte, también investigan a los ladrones más profesionales de este tipo de objetos, grupos de ladrones que, en motocicletas, asaltan personas que pueden llevar relojes de alto valor, como el caso del asalto al tenista Grigor Dimitrov durante la semana del Open Barcelona. En aquel caso, los ladrones que se llevaron el reloj del búlgaro, valorado en 70.000 euros, se cree que eran napolitanos y que se desplazan por toda Europa buscando objetivos concretos.
En el caso de los detenidos por los Mossos en esta operación que se ha conocido hoy, los ladrones eran jóvenes magrebíes, que vivían en la ciudad de Barcelona y que se movían con patinetes eléctricos por la capital con el objetivo de detectar turistas que pudieran llevar algún tipo de reloj que pudieran considerar de valor o interesante para la persona que después se los compraba y los colocaba al mercado negro.
Cuando el líder del grupo validaba la operación y confirmaba el objetivo, los diversos integrantes de la banda se reunían y seguían a la víctima hasta que podía ser asaltada, abalanzándose sobre él y sin dudar, si era necesario, de hacer uso de la violencia para llevarse el reloj. La huida del lugar de los hechos era muy rápida, aprovechándose de los patinetes eléctricos. De los diversos robos que la policía les puede incriminar, que son muchos menos de los que realmente han cometido, uno es un reloj valorado, según la policía, en 110.000 euros. A pesar de las detenciones, el regusto es amargo. Seis de los siete detenidos ya están en la calle, y viendo su currículum, y los antecedentes que ya acumulaban, todo hace pensar que a estas alturas ya se han reorganizado para seguir con este modus vivendi al centro de la ciudad.
Batidas contra ladrones de relojes en Barcelona
En los primeros cuatro meses del año, los Mossos d'Esquadra han detenido a 30 personas relacionadas con robos violentos de relojes, la mayoría de los cuales se producen en el centro de la ciudad. Durante el mes de mayo se han llevado a cabo, bajo la batuta del Grupo Regional de Delincuencia Urbana (GRDU), tres dispositivos de saturación en Barcelona, donde se han detenido dieciséis personas por robos y hurtos; entre ellos suman más de 200 antecedentes. Estas batidas se hacen aprovechando la inteligencia que se ha elaborado por la actuación del grupo especial dedicado a este tipo de robos, el grupo Titanio, y también mirando al extranjero, donde, según los Mossos, acaban parte de los relojes que estos grupos menos profesionalizados -jóvenes magrebíes- colocan después de ser robados.