El ataque de dos perros que le podía haber costado la vida a una mujer en Palma ha acabado siendo en realidad su salvación. Y es que gracias a la investigación policial sobre los hechos, se pudo saber que se trataba de una víctima en una red de explotación sexual. Todo empezó el pasado 5 de agosto, cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento que una ciudadana extranjera en situación irregular había sido mordida por dos perros potencialmente peligrosos, un cruce entre Pitbull y American Stanford, y presentaba varias lesiones de gravedad.
El ataque de los perros sacó a la luz un caso de tráfico de seres humanos
El cuerpo policial abrió una investigación sobre el incidente y pudo determinar que el ataque había tenido lugar dentro de un domicilio de Palma en el cual se parecía estar practicando la prostitución. Eso encendió las alarmas de los agentes, que empezaron a sospechar que podría tratarse de un caso de tráfico de seres humanos con la finalidad de explotación sexual. De hecho, los policías empezaron a trabajar con la hipótesis que el ataque de los perros a la víctima no hubiera sido una cosa accidental, sino que fuera un castigo o una especie de coacción para tener a las mujeres controladas. Así pues, se tomaron las medidas necesarias de protección tanto para la mujer herida como a una compañera que se encontraba con ella en el domicilio y las dos fueron acogidas.
Una vez se confirmó que, efectivamente, se trataba de dos víctimas de tráfico de seres humanos y que las maltrataban y obligaban a prostituirse, fueron derivadas a una ONG y trasladadas a la península. Paralelamente, el pasado 18 de septiembre, los investigadores de la Policía Nacional detuvieron a una mujer española de 33 años que se encargaba de la recepción y control de las mujeres en el piso de Palma donde se ejercía la prostitución. Se la acusa de ser la presunta autora de un delito contra el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, así como de un delito de lesiones y una de falsedad documental. La investigación se mantiene abierta para intentar localizar y detener otros miembros de la red criminal.